Alas para Álex en el materno

R. D. SEOANE A CORUÑA / LA VOZ

HISTORIAS DE HOSPITAL

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materno CHUAC hospital Teresa Herrera Ciberaula Día del Niño Oncológico Grullas de origami MARCOS MÍGUEZ

Cientos de grullas de papel con mensajes de esperanza llegan al hospital tras la idea impulsada a raíz de un niño ingresado que descubrió el origami a otros pequeños

15 feb 2020 . Actualizado a las 13:14 h.

Álex es uno de esos niños, tan valientes como valiosos, a los que la enfermedad se les instala en la infancia. En su caso, lo aisló durante un par de meses en una habitación del materno. Allí, sin poder salir, descubrió con la maestra del hospital, Laura, la historia de las grullas de origami y la niña enferma por la atómica radiación de Hiroshima: si llegaba a las mil, podría pedir un deseo y se cumpliría. Porque, cuenta la leyenda, esta ave protege a los débiles con sus grandes alas.

Un símbolo del deseo que, en su encierro forzado, Álex aprendió a confeccionar con su manos a través de un tutorial en Internet. Con papel y paciencia, mató el largo tiempo de estancia plegando hojas de mil colores y tamaños. Con la destreza adquirida, cuando pudo salir se convirtió en otro maestro al lado de la profesora del Chuac: enseñó a diseñar aves a todos los pequeños ingresados en el Hospital Teresa Herrera.

Pequeños alumnos

Fue la docente, una maestra también en divulgar la cultura de la humanización, la que tuvo la idea de crear un blog propagando la historia de «las emociones voladoras». Y los pequeños que primero fueron alumnos de Álex en el arte del origami se encargaron de convertirse, al alta médica, también en monitores de sus compañeros de clase, sus equipos deportivos, sus pandillas de amigos, sus familias... A través del blog, Laura propuso incluir en cada creación de papel un mensaje, también de esperanza, pensando en el día que se dedica a cada uno de los 1.400 niños a los que, cada año, se diagnostica un cáncer en España. Ese día se conmemora hoy mismo.

A vuelta del correo globalizado, en el materno empezaron a recibirse cientos de pequeñas figuras de papel, con leyendas diferentes y de sentida intención.

«Ponme un nombre y seré tu mascota», se lee en una de ellas en medio de un río de creatividad en el que el ánimo infantil encuentra mil formas de escribirse: del «Todo é posible», a «La magia del deseo te curará», «Solo quien sueña aprende a volar», o «Mientras muchos se quejan porque mañana es lunes, hay personas como tú luchando cada día». Pequeñas cabezas de grandes reflexiones con posdata incluida, «Vas a vencer» trazó en una de ellas una firma infantil.

Entre aquellos alumnos de Álex estaba Dani, que ha tenido que volver a ingresar y que estos días se pasea bajo la bandada de pájaros de papel que ahora adornan la ciberaula-escuela del materno en otra forma de distinguir un día como el de hoy. «Ya tenemos más de mil», cuentan con satisfacción en el hospital, que ante tan inesperada solidaridad ha desplegado los pájaros de deseo por toda la planta infantil.

Han llegado grullas de colegios e institutos de A Coruña, pero también de Cambre, Bergondo, Sada, Betanzos, Oleiros, Arteixo, e incluso de Santiago, Guitiriz, Mondariz y Lugo. En todas las aves el deseo infantil por el reto del millar es muy parecido y compartido, como el de la pequeña de Hiroshima. Que las alas protejan a los miles de Álex del mundo. A todos ellos, la dirección y el personal del materno les agradece «haberse volcado con tanta sensibilidad para participar en las emociones del hospital», un centro que intenta acentuar, con iniciativas como las mil grullas, la humanidad para con los más pequeños como otra forma de distraer, y también combatir, la enfermedad.