Nati Cortez tiene como misión «dar información y asesoramiento a las familias y pacientes» del geriátrico de Oleiros. La trabajadora social explica que el trato humano debe de ser la característica principal de una residencia de mayores.
-¿Cómo suele ser la adaptación de los pacientes?
-El momento del ingreso es el más difícil tanto para el mayor como para la familia. Los primeros 20 días son bastantes complicados. Es como cuando tu cambias de casa... Uno tarda siempre en adaptarse e integrarse en un nuevo entorno.
-¿Cuáles son los principales motivos que llevan al ingreso de los pacientes?
-Es importante decir que el concepto de geriátrico ha cambiado. Hace mucho que las residencias ya no son sinónimo de abandono familiar. Las familias que deciden ingresar a un pariente lo hacen porque sienten que aquí ellos tendrán una vida mejor de que la que tienen en sus casas. Muchos viven una rutina de cama sillón y, si la familia trabaja todo el día no tiene como atenderlos.
-¿Qué tipos de quejas suelen tener los pacientes?
-Van desde pedidos para cambios de comida, hasta quejas sobre la habitación. Pero hay que mirar todo eso con mucha atención, porque sucede que vengan a decirme que su compañero de cuarto no los deja dormir, cuando, en realidad, descubrimos que se pelearon con su hijo y solo necesitan hablar sobre el problema.
-¿Cuál es la principal característica que un geriátrico debe de tener?
-El trato humano y el trabajo en equipo. Tenemos que acordarnos todos los días que estamos trabajando con personas y no con objetos.