Este local, pensado para el desarrollo personal, nació hace cinco años cuando Ana Castro decidió cambiar de vida radicalmente
11 nov 2024 . Actualizado a las 13:19 h.A mucha gente le ocurrió en la pandemia. Tuvo que estar encerrada en casa por obligación para pararse a reflexionar si los derroteros de su existencia eran los deseados. A Ana Castro también le ocurrió, pero un poco antes de que el covid arrasase con el mundo tal y como lo conocíamos.
Era el 2019 y, como ella misma advierte, llevaba años con «el piloto automático puesto», «caminando de forma inconsciente» y, en definitiva, «viviendo una vida que no quería». Profesional del ámbito de los seguros, decidió cambiar de rumbo de forma radical y no puede estar más contenta. Desde hace cinco años regenta Pachamama, en Oleiros, un centro de terapias personales y desarrollo personal que no deja de darle alegrías.
Ayudar a la gente a sanarse
El proyecto surgió porque se lanzó sin darle demasiadas vueltas a un mundo que sabía que iba a aportarle una felicidad que todavía ni se había acercado a conocer. Se formó como maestra y ahora se gana la vida ayudando a otra gente a estar serena y en paz gracias al reiki, el yoga y el mindfullnes. Estos nombres, desconocidos para el grueso de los mortales hace no demasiado tiempo, se han vuelto actividades indispensables para cada vez más personas, que encuentran en su práctica un reducto de calma imposible de encontrar en la frenética vida del siglo XXI.
«Es cierto que ahora todo esto está muy en boga. Creo que es porque cada vez hay más personas que sienten la necesidad de ser responsables con su vida en todos los aspectos; es decir, que paran dentro del caos para preguntarse: “¿quién soy yo? ¿qué quiero?”, reflexiona Castro.
Aunque pueda resultar sorprendente, no es ese perfil zen y espiritual el que más visita Pachamama. Aunque está abierto y pensado para todo tipo de públicos, «son aquellos, y sobre todo aquellas, más racionales, analíticas, que se cuestionan todo, quienes vienen buscando una respuesta». Continúa: «Cuando la gente se da cuenta de que está estresada y no es feliz es duro, e intenta buscar otras salidas que le aporten algo positivo. Estas terapias no sustituyen a ningún tratamiento médico, pero casi todo el mundo se engancha porque te encuentras a ti mismo, y eso evidentemente es reconfortante», indica esta especialista.
Aunque pueda parecer que hay que tener una forma física envidiable para practicar yoga, Castro lo recomienda de manera generalizada. «Es para todos los públicos. Suelo tener sobre todo mujeres que van de los 30 a los 60 años [la mayoría tienen entre 40 y 55, afina], pero cualquiera puede probar y comprobar que le gusta». Invita, sobre todo, a quienes están pasando por cuadros de ansiedad que necesita luz al final del túnel.
Insiste en que el yoga es mucho más que unas posturas. Pero no está de más recordar que con esta práctica se hace no poco ejercicio, por lo que además se aplica eso de mens sana in corpore sano.
El reiki puede ser, quizás, algo más desconocido para la mayoría. Se trata de despertar «tu conexión interior» a través de las manos para promover la sanación y el equilibrio físico, mental y emocional. Se basa en la creencia de que existe una energía vital universal que puede fluir a través de un practicante hacia el receptor.
El mindfullness por su parte, o desarrollo personal, consiste en explorar los sentidos concentrándonos plenamente en el momento presente de manera consciente y sin juzgar, aceptando pensamientos, emociones y sensaciones tal como son.