La iglesia de San Pedro guarda un pequeño tesoro escondido: ocho canecillos y sus contrafuertes, unos elementos románicos en buen estado de conservación
20 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Cuesta trabajo imaginarse la vida a principios del siglo XIX en Oza dos Ríos, hoy un lugar plácido, excedentario de eucaliptos, con numerosas viviendas unifamiliares sin grandes atisbos de feísmo, rincones encantadores y abundancia -¡vaya que sí!- de iglesias. Y cuesta trabajo imaginárselo porque por esas tierras anduvieron los soldados de Napoleón, y en Cesuras los paisanos enviaron al otro mundo a un nutrido grupo de invasores y les robaron sus preciados caballos.
Carretera AC-840 con bastantes rectas. Menos mal que al entrar en Porzomillos procede bajar la velocidad, porque así resulta más difícil dejar atrás la iglesia de San Pedro, que queda a la izquierda y cuenta con un gran aparcamiento. Templo alto que no solo llama la atención por estar bien cuidado, si no que guarda una sorpresa al ir dándole la vuelta porque entonces aparece, primero una magnífica puerta lateral, y en su cabecera un conjunto de elementos románicos que antes no quedaban a la vista. Un pequeño tesoro escondido del que forman parte sus ocho canecillos y sus contrafuertes.
Algo más adelante y a mano contraria aparece un espacio para descansar y estirar las piernas, si bien no es recomendable ir andando a pesar de la corta distancia: se aparca en la parte de atrás. Continuando, se llega a Oza, se pasa por debajo de la vía del tren y se gira a la izquierda por la segunda, la tercera o la cuarta pista. Es lo mismo, ya que todas van a dar al mismo sitio: a la iglesia de Santo Estevo de Parada, a 181 metros sobre el nivel del mar.
Es este un templo sencillo. No va a asombrar. Hay que hacerle una foto y continuar dibujando un rectángulo, regresando a Oza. Y así el visitante se encontrará con la iglesia de San Pedro. Y esta sí que es ya otra cosa.
El conjunto tiene un algo de fortaleza, tanto por haber sido construido en un alto como por tener el cementerio en su ladera. El cruceiro es una donación de la comisión de fiestas de no hace mucho, demostrando que en Oza se saben conservar las ancestrales tradiciones así como su entorno, que resulta impecable. Porque este sí es un monumento: menos la fachada, más románico por todas partes. Esta iglesia, ella sola, ya justifica la excursión a un municipio donde no hay concentraciones. O sea, que contagiarse del covid es, cuanto menos, muy difícil.
PRIMERA PARADA
Iglesia de Porzomillos: 43º14'48''N 81º11'50'' W.
LA FOTO MÁS PERSONAL
Ante la puerta de la iglesia de San Pedro de Oza.
EL DESAFÍO
Reconstruir el posible itinerario de los soldados de Napoleón.
EL PASADO
Las dos iglesias estaban en pie cuando llegaron los franceses.