Los vecinos de este lugar de Paderne recuperaron este año las figuras de los Carolos y Vixigueiros
20 feb 2018 . Actualizado a las 13:09 h.«A mornear as chocas» fue el grito de guerra ayer en el entroido de Samede, que recuperó a la figura de los vixigueiros para dar «lume e zorregar» a los que no se vistieron para el día grande de la celebración más pagana en este núcleo de Paderne. Fueron el contrapunto a los Bonitos o Máscaras, que reclaman desde hace dos años el protagonismo de antaño enfundados en sus coloridos sombreros de cintas, cuando los vecinos reivindicaron un entroido singular, con figuras propias y que se señala ahora como el principal de la zona norte en cuanto a las celebraciones rurales. Liturgia de agradecimiento en el castro, la participación de la Besta como símbolo inconfundible de los contrarios y las vixigas tradicionales -ahumadas por los vecinos Marisa y Genaro, que las cuidaron más que otros hacen con los chorizos-, fueron la parte más ruidosa de una celebración que por segundo año recuperó un baile propio, una muiñeira cruzada a la que se sumaron una veintena de parejas con la colaboración de la asociación cultural Son d’aquí. Este año participaron hasta los Carolos, una pareja con la cara tapada, otro de los símbolos y en los que los más avezados descubrieron a Emi Cagiao, la impulsora de esta recuperación. La muerte con su guadaña, por eso de que la vestimenta es importante, volvió a demandar, dicen que para el infierno, a Policarpio, el particular meco de Samede, en las últimas horas de un entroido que abocado a entrar en la cuaresma acabó el churrasco en el primer envite.