El «desastre» de la glorieta del Pavo Real y otras rotondas de A Coruña que son un trampantojo
VIVIR A CORUÑA
La ciudad tiene unos conductores más caóticos por el sistema mixto de glorietas, que muchos tildan de confuso. Algunos de estos anillos son auténticos puntos negros y foco de accidentes
20 mar 2023 . Actualizado a las 18:51 h.Ilusión óptica con que se engaña a una persona haciéndole creer que ve algo distinto a lo que en realidad tiene delante. La definición de trampantojo se ajusta perfectamente a un modelo viario que empezó a verse en las calles de A Coruña hace unos veinte años, cuando se impusieron unas intersecciones de circulación giratoria que han hecho de los coruñeses unos conductores bastante más caóticos y confusos. «La gente le llama a todo rotondas, un término que no existe en el reglamento de circulación, cuando quieren referirse a glorietas o intersecciones. El caso es que glorietas, en realidad, en la ciudad se cuentan con los dedos de una mano, lo demás son intersecciones». Lo explica Silvia Vázquez, vicepresidenta de la asociación provincial de autoescuelas: «Las que abundan son las que tienen guías horizontales, flechas normalmente, que te obligan a tomar ciertas direcciones». Esta especialista cree que para evitar sustos lo mejor sería que existiese un único sistema, pues de este modo el conductor tendría más claro qué hacer al enfrentarse a estos anillos.
Porque en A Coruña el 7,5 % de los accidentes con víctimas ocurren en estos puntos. Y, como indica esta experta, «para más inri, muchos conductores que provocan siniestros creen que lo están haciendo bien». La cuestión es que mientras en una glorieta el conductor que tiene preferencia es el que va por el carril exterior, y los del izquierdo deben ceder a los que vienen por la derecha, en las otras intersecciones, con su propio código, hay cambios que están prohibidos. Así los puntos negros se multiplican y algunos son un foco de auténtico conflicto.
La glorieta del Pavo Real es el ejemplo más claro de lo que para muchos representa el caos y la angustia al volante. Mientras Silvia Vázquez califica esta glorieta de «desastre» y dice que en ella «está todo mal», Antonio Vázquez, presidente de Radio Taxi, cree que la cantidad de semáforos y el pequeño tamaño de esta rotonda convierten este anillo en una carrera de obstáculos. «A ciertas horas cogerla es imposible, sobre todo para gente que no conoce la zona, que tiene que tomar decisiones de antemano con una densidad de coches muy elevada. Si te metes mal, no hay marcha atrás», asegura.
El polígono de A Grela también es un área complicada para los conductores menos duchos. Vázquez comenta que la rotonda de Baños de Arteixo tiene un índice de accidentes muy alto porque muchos coches pasan del carril izquierdo al derecho para coger el acceso que da a Marineda y que va a Arteixo. Y luego menciona, cerca, la glorieta de Lonzas como problemática porque, aunque suaviza los embotellamientos de A Grela, es fuente de confusión sobre todo para los menos decididos por la velocidad a la que van los vehículos.
La intersección de circulación giratoria de Matogrande en dirección Eirís tampoco es sencilla, precisamente por la obligatoriedad de seguir lo que dictan los carriles, que lía a algunos conductores. La que se coge desde Ramón y Cajal, el túnel de Salgado Torres, Pérez Ardá y Fernández Latorre ha acabado con más de un siniestro, sobre todo, para esos que desde el carril izquierdo se abalanzan sobre el derecho para enfilar rumbo al Corte Inglés y Cuatro Caminos.
Sin embargo, la madre del cordero tras la del Pavo Real es, para Vázquez, la del Puente A Pasaxe. No son pocos los que la intentan evitar y, quienes no lo hacen tienen que ir muy atentos, sobre todo, en el tramo que se desvía hacia Oleiros, «uno de los grandes puntos negros de las carreteras de A Coruña», señala esta experta, porque a los coches que pueden llegar de la izquierda y no deben, se suman los que vienen del carril de Fonteculler, provocando en alguna situación auténticos estragos si estos últimos no respetan el ceda.
De Fonteculler habla Silvia Vázquez para advertir del tamaño de sus glorietas. «Son muy pequeñas y eso dificulta las maniobras, sobre todo para camiones y autobuses, que lo tienen casi imposible en algunos giros». En el concello al que pertenece, Culleredo, hace diez años se alertó de que las zonas verdes de diez intersecciones dificultaba la visibilidad de los conductores. A este respecto Vázquez manifiesta que esto sucede en la rotonda «que va del Ofimático a Matogrande, donde precisamente la vegetación complica la capacidad de actuación de quien está al volante».
Para algunos, las rotondas son un auténtico quebradero de cabeza —las turborrotondas de Vigo redujeron un 43 % de accidentes en la ciudad y algunos, sin embargo, siguen sin estar convencidos de su utilidad—, pero para otros tantos es la mejor, e incluso única, solución para aligerar el tráfico. El Grado en Tecnoloxía da Enxeñaría Civil de la UDC tuvo un proyecto de fin de grado que consistía en «reordenar y mejorar la intersección entre los viales Ronda de Outeiro y Alcalde Pérez Ardá». Así, se asegura, se reduciría la congestión de la zona y una mejora en la accesibilidad de los autobuses procedentes de Ronda de Outeiro en sentido Pérez Ardá porque el radio de giro es excesivamente pequeño. Consultados, ni Antonio Vázquez ni Silvia Vázquez creen que sea el nudo principal que haría falta desatar en la ciudad.
«Para mí donde sí o sí falta una rotonda es en el cruce de la Avenida Finisterre y la calle Gutemberg, al lado de A Grela por su alta peligrosidad; es más, ahí hace unos años murió una pareja en Nochebuena». El taxista suma a su lista de deseos una glorieta «de verdad para la zona de la estación de tren, que coja la Ronda de Outeiro pero englobe el tráfico que deriva la calle Joaquín Planelles».