La mitad de pisos de A Coruña tienen más de cincuenta años: ¿es preocupante tener un parque inmobiliario tan envejecido?

VIVIR A CORUÑA

El grueso de edificaciones de la ciudad se construyeron entre los años 50 y 70, cuando las normativas en materia de vivienda eran casi inexistentes. Por eso, indican desde Fegein, «el Concello tiene que acelerar la tramitación de licencias para rehabilitaciones»
24 ago 2023 . Actualizado a las 17:02 h.A finales del siglo XIX se construyeron en A Coruña prácticamente tantas viviendas como entre el 2012 y el 2022. Según el último informe del Colegio Oficial de la Arquitectura Técnica de A Coruña (Coatac), el pasado año el número de obra nueva creció un 4,4 % respecto al año anterior. Desde esta entidad lo atribuyen a que la sociedad había dado carpetazo a la incertidumbre generada por la pandemia y la guerra de Ucrania. Este buen dato contrasta con el panorama generalizado que deja la urbe herculina, donde la mitad del parque inmobiliario peina canas. El grueso de edificaciones de la ciudad se levantó entre los años 50 y la década de los 70, según datos de la Fegein (Federación Galega de Empresas Inmobiliarias), una foto que deja papeletas no poco complicadas para propietarios, comunidades de vecinos y organismos públicos.
Xosé Lois Martínez contextualiza esta situación. El catedrático emérito de Urbanismo explica que con la llegada de la Ley del Suelo en 1956 comenzó a tejerse la red del sector inmobiliario español, en la que entraron entidades financieras, promotores, constructores y compradores, provocando «o gran bum inmobiliario da década dos 60 e 70 ata que chegou a primeira gran crise do petróleo, que coincide coa etapa de transición política á democracia, coas administracións municipais sen recursos e nula capacidade técnica-profesional». Entre 1951 y 1980 se construyeron 7.530 viviendas.
Indica que en los años 40 y 50 se inició la construcción en Monte Alto —la avenida de Hércules, Adelaida Muro, Ángel Rebollo— «e nos pequenos ensanches de Riazor, nas ladeiras do monte de Santa Margarita, na zona da Palloza e na contorna dos Castros». En los 60, apunta este experto, se abren las puertas a la edificación «das primeiras grandes torres en Juan Flórez, Linares Rivas, no interior da Pescadería (Santa Catalina e San Andrés) e nas prazas de Pontevedra e Ourense».

El parón en seco que se produce en la década de los ochenta (solo se alumbraron 910 viviendas) se debe, según Martínez, a dos factores: los coletazos de la crisis del petróleo y la llegada de la democracia. «Non hai ingresos municipais e non se dan licencias de obra».
Muchas de estas viviendas nacieron antes de que en 1979 se firmase la primera norma básica que obligaba a incorporar aislamiento térmico como elemento constructivo en las edificaciones, con lo que ni estaban garantizadas las exigencias de seguridad ni la ausencia de humedades, y el aislamiento acústico es, del mismo modo, deficiente. «Esta es una de las razones por las que los inmuebles de entre 30 y 50 años tienen que pasar la ITE [inspección técnica del edificio], una especie de ITV que valora de forma visual el estado del edificio o de la vivienda», comenta la arquitecta Carlota Sánchez.
La especialista añade: «En la mayoría de edificios de A Coruña se están realizando el mismo tipo de reformas: colocar aislamiento en las fachadas y realizar cambios en las ventanas porque no están adaptadas térmicamente ni acústicamente, bajar ascensores a cota cero para que se adapten a personas dependientes y realizar ajustes que permitan una evacuación en caso de incendios».
- Antes de 1900: 916
- De 1900 a 1920: 246
- De 1921 a 1940: 898
- De 1941 a 1950: 1.023
- De 1951 a 1960: 2.020
- De 1961 a 1970: 3.124
- De 1971 a 1980: 2.386
- De 1981 a 1990: 910
- De 1991 a 2001: 1.501
- De 2002 a 2011: 1.895
- De 2012 a 2022: 975

Benito Iglesias, presidente de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), dice que «hay que aprovechar estos años para solicitar ayudas a la eficiencia energética porque nunca antes hubo tantas opciones». El problema, asegura, es que hay una asignatura pendiente en los ayuntamientos gallegos, y es la tardanza de la tramitación de licencias para rehabilitaciones. «No puede ser que se tarde un año en conceder estos permisos, cuando el máximo es de tres meses». Aprovecha Iglesias para poner Oporto como referencia en materia de rehabilitaciones. «Ves cómo estaba hace treinta años y cómo está ahora y no tiene nada que ver; es una ciudad donde no se ha construido obra nueva, se han dedicado a la rehabilitación pero, también esto es posible porque se conceden licencias en 15 días».
Ante la cruz que es lo mucho que se dilatan las licencias para poder corregir deficiencias energéticas, hay también una cara. «El parque inmobiliario de A Coruña, pese a lo envejecido que está, se encuentra muy bien conservado; ocurre también con Pontevedra. Otros, como el de Ourense o Ferrol están más degradados».