El STEM del futuro ya está en sus manos: «Tengo ocho años y me gustaría ser científica»
VIVIR A CORUÑA
Un campus tecnológico de verano en la Facultade de Informática de la UDC invita a las niñas a divertirse aprendiendo a programar videojuegos y drones. El 80 % de las plazas están reservadas para ellas
29 jun 2024 . Actualizado a las 22:58 h.Un estudio de Esade sobre Mujeres en STEM revela que desde que los niños y las niñas arrancan la Educación Primaria comienzan a notarse diferencias en las calificaciones que obtienen unos y otras en asignaturas que, tradicionalmente, se les dan bien a ellos. Según las conclusiones de este análisis, «se evidencia menor autoconfianza, mayor ansiedad hacia las matemáticas y afectación emocional en las niñas, lo que les lleva a resultados más bajos». Esta brecha se acentúa conforme avanza la adolescencia, dando como resultado una significativa desigualdad de género en las carreras STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas), cuya impronta femenina aún está lejos de destacar.
Para cambiar las tornas, el campamento ALDABA-TIC promueve entre las niñas con edades comprendidas entre los 6 y los 12 años un campus tecnológico de verano que las invita a conocer el sector STEM durante cinco jornadas. El 80 % de las plazas están reservadas para ellas, aunque los niños son, desde luego, bien recibidos. La cuestión es que de esta manera intentan que esas niñas «apasionadas de la tecnología» puedan disfrutar de sus intereses, aficiones y, quizás, futuros empleos, alejadas de cualquier estigma.
Marina acaba de terminar su experiencia, tiene ocho años y es contundente respecto a su futuro: «Quiero ser científica-química». A la pregunta de si le llamó la atención estar rodeada de tantas niñas aprendiendo a programar videojuegos y drones respondió: «No entiendo la pregunta». Buena señal, y continuó aclarando: «Pero también había niños». Aunque le queda mucho para decidir a qué dedicarse cuando sea mayor, cuenta que se imagina en un laboratorio o en algo relacionado con las matemáticas. «No es la asignatura que se me da mejor, pero me gusta mucho».
Andrea es una de las monitoras que durante varias jornadas estuvo impartiendo talleres en este campamento, que cuenta con la participación de la UVigo y la UDC. Empezó Ingeniería Química hace diez años y, explica, ya en ese momento consideraba que los clichés estaban superados. «Quizás sí se notaba más en Ingeniería Informática, donde seguía habiendo muy poquitas chicas». Esperanzadora, cree que el futuro en el terreno STEM es prometedor y femenino. «Me parece importante que haya paridad en estas carreras, pero también que una vez las mujeres acaben sus estudios se les dé una oportunidad en las empresas y que lleguen a alcanzar puestos de responsabilidad, y ya está ocurriendo».
Esta ingeniera cuenta, además, que durante su experiencia en este campamento, «a diferencia del año pasado, esta vez la mayoría de niñas sí eran conscientes de por qué había plazas reservadas para ellas y por qué es importante que participen en este tipo de actividades. Creo que para esto ha sido fundamental la educación en los colegios y que se les dé la oportunidad de aprender sobre tecnología en igualdad».