Las colillas se acumulan en las terrazas de A Coruña: «Este tema nos enfada, nos preocupa y nos hace perder el tiempo»
VIVIR A CORUÑA
Hosteleros de la ciudad y su área lamentan que, cada día, el suelo de sus locales acaba hecho una porquería, plagado de cigarrillos. ¿Tienen los fumadores cada vez menos responsabilidad social?
21 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Lo cantó Xoel López cuando aún formaba parte de Deluxe en el 2007. «Hay colillas en el suelo y nadie quiere limpiarlo». Así sigue siendo 17 años después. O al menos así lo perciben trabajadores de bares y chiringuitos de A Coruña y su área metropolitana, que cada día tienen que recoger decenas de pitillos de esos fumadores que, por mucho que la conciencia sostenible apriete, siguen dejando las terrazas hechas una porquería. Hartos, responsables de algunos locales han querido llamar la atención de sus clientes para apelar a una responsabilidad social que muchas veces hace aguas. Abrió la veda hace unos días el restaurante Porto Alé, situado en un entorno único en Santa Cruz (Oleiros).
«Sabéis que os queremos, pero esto nos enfada, nos preocupa y nos hace perder mucho tiempo». «Tener el privilegio de estar junto al mar conlleva también una responsabilidad. Pedid ceniceros o guardad las colillas. No es nuestra responsabilidad ni la del Ayuntamiento recogerlas, sino de cada uno», indican en un post los responsables de este local del área metropolitana herculina. Marta Galán, copropietaria de Porto Alé, le indica a La Voz que no es un problema «aislado» que solo sufra esta zona. «Desde hace años hay una concepción del espacio público deficiente. La gente lo hace sin mala intención, y a un gesto tan simple como tirar una colilla al suelo le quitan importancia porque creen que la responsabilidad de recoger los cigarros es del hostelero, y delegan».
César Pérez es uno de los responsables de La Urbana. En este local del centro de A Coruña, cuyas mesas exteriores suelen estar hasta los topes cada fin de semana, también sufren la suciedad provocada por muchos fumadores. «Tenemos que barrer la terraza todos los días. Hay gente que usa ceniceros y gente que no. En las terrazas depende también el nivel de borrachera: a más alcohol menos control», apunta. Y añade que ellos sí tienen ceniceros en las mesas, algo que no siempre ocurre precisamente para disuadir a la clientela del hábito del tabaquismo. Pero muchas veces da igual porque «a algunos clientes les molesta tener las colillas en la mesa», comenta Pérez.
En la actualidad, según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), en la provincia de A Coruña fuman 171.216 personas habitualmente y 22.506 lo hacen de forma ocasional. Esto representa al 17 % de la población, una cifra que, aunque mengua cada año, no impide que el tabaco siga estando en el foco del debate público cada cierto tiempo. Con un anteproyecto que pretende modificar la ley antitabaco aplicando nuevas restricciones —entre las que se encuentra la prohibición de fumar en las terrazas, como ya ocurrió en Galicia durante la pandemia—, perfiles como Galán no se plantean de momento tomar la delantera en su local. «Me parece que no es el camino de la transformación social, creo que es mejor trabajar el tema de otra manera; de hecho nosotros nos planteamos hacer jornadas temáticas», comenta esta hostelera.
En MamiMila, un restaurante situado en Mera (Oleiros), creen que si los locales tienen un cenicero en cada mesa es raro que se acumulen las colillas en el suelo. «Si no hay, es verdad que la gente no se preocupa en levantarse y pedir uno». En este local estarían en contra de impedir que los clientes fumasen en su terraza, y creen que la convivencia es posible entre dos bandos que habitualmente están enfrentados. Con un matiz: «Sí que es verdad que cuando hay clientes fumando un puro los de las mesas de al lado se quejan; eso no falla», apuntan.