Así fue la boda entre Jimmy Giménez-Arnau y Mar Martínez-Bordiú en el pazo de Meirás: sin tarta nupcial, pero con pulpo y empanada

Y.G.

VIVIR A CORUÑA

Recortes de prensa de La Voz de Galicia sobre el enlace entre Jimmy Giménez-Arnau y Mar Martínez-Bordiú.
Recortes de prensa de La Voz de Galicia sobre el enlace entre Jimmy Giménez-Arnau y Mar Martínez-Bordiú.

El tertuliano y periodista fallecido este martes a los 80 años contrajo matrimonio con una de las nietas de Franco el 3 de agosto de 1977 con gran expectación entre la prensa de Madrid y veraneantes de la zona de Sada

19 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El tertuliano y periodista Jimmy Giménez-Arnau falleció este martes a los 81 años. En la actualidad estaba casado con Sandra Salgado, 35 años menor que él. Tenía una hija, Leticia, fruto de su anterior matrimonio con Mar Martínez-Bordiú y Franco, una de las nietas de Francisco Franco. Esta boda casi real se celebró un 3 de agosto de 1977 en el pazo de Meirás, un evento que causó gran expectación en la España de la transición y que tuvo segunda parte: la hija del matrimonio repitió boda en la misma ubicación treinta años más tarde, en el 2008, esta vez sin Jimmy, que dejó de tener relación con Leticia cuando esta cumplió 12 años.

La primera boda de Giménez-Arnau propició su entrada en sociedad y su ascenso como personalidad pública en España. Lo cierto, vendieron la exclusiva del enlace por un millón de pesetas a la revista Hola. Los padrinos de la cita fueron la madre de la novia, Carmen Franco Polo, duquesa de Franco y marquesa de Villaverde, y José Antonio Giménez Arnau, director de la Escuela Diplomática. Años más tarde, el propio novio relató escenas de aquella boda, como la que revelaba cómo sus amigos estuvieron fumando porros en la biblioteca de Emilia Pardo Bazán, donde se celebraban consejos de ministros durante la dictadura. De aquel matrimonio escribió una obra autobiográfica titulada Yo, Jimmy. Mi vida entre los Franco.

La crónica de La Voz de ese día se centró en el carácter enxebre del menú y el gran interés de los periodistas madrileños que, por conseguir instantáneas del interior, «intentaron salvar el estricto control de vigilancia haciéndose pasar por invitados, pero fueron descubiertos y expulsados», dice la pieza informativa. A pesar de esta expectación, también entre los veraneantes y vecinos de Sada, el enlace se celebró con bastante discreción. Solo fueron 160 personas las invitadas. Por comparar, en la boda de los marqueses de Villaverde, en el Palacio de El Pardo, en 1950, fueron algo más de mil los asistentes. Además, no tuvieron tarta nupcial, tomaron helado.

El resto de la propuesta culinaria se basó en el recetario gallego. Fue a la salida de la misa, cerca de la una de la tarde, cuando se comenzó a servir el aperitivo a base de pulpo a la gallega, empanada de vieiras, xoubas y lomo; tortilla española y pimientos de Padrón. Mientras, el menú constaba de caldo gallego, salpicón de langosta, reo, lubina, rodaballo, lacón y piernas de ternera. Los vinos y licores los regaló la casa Terry, como homenaje póstumo al dictador.

Sobre este enlace, Jimmy guardó un capítulo especial en su biografía. Entre otras lindezas, escribió que a su padre, el embajador, le obligaron a vestir el traje oscuro de invierno de la carrera diplomática, para que no se confundiese con los camareros si usaba el blanco de verano. Añade que, en el momento en que dijo el cura «yo os declaro marido y mujer», el tío del novio, José Vicente Puente, se volvió hacia Manuel Fraga y le dijo en voz audible: «¡Ya la hemos jodido! ¡No hay nada que hacer!». Fraga soltó una gran carcajada que dio colorido a la seriedad de la ceremonia.

También recordaba Jimmy el consejo de doña Carmen a él y a Merry: «Ahora que sois marido y mujer tenéis que comer más, porque necesitáis estar muy fuertes para lo que os espera». El marqués de Villaverde, más pesimista, les dijo: «¡A ver cuánto dura esto!». Más lindezas que contó en el libro fue el dinero que percibieron de los invitados. Merry recibió 285.000 pesetas y el novio, 845.000. 

La segunda boda de los Franco en el pazo de Meirás

El día del enlace de la hija de Jimmy Giménez-Arnau se celebró una boda paralela cargada de ironía y espíritu reivindicativo.
El día del enlace de la hija de Jimmy Giménez-Arnau se celebró una boda paralela cargada de ironía y espíritu reivindicativo. DIEGO VILLAR

Las celebraciones nupciales regresaron a Meirás el viernes 8 de agosto del año 2008.. Trescientos invitados asistieron al enlace matrimonial de Leticia Giménez-Arnau Martínez-Bordiú. En esta ocasión, la expectación entre vecinos fue también importante, pero con otro tono. «Extramuros del recinto pacego, otro nutrido grupo de invitados escenificaba una boda paralela cargada de ironía y espíritu reivindicativo, representando personajes como el de un redivivo dictador, ataviado con vestimenta de gala», publicó La Voz aquellos días.

En esta ocasión, la empanada, el pulpo y la tortilla la tomaron los espectadores de fuera. Entre ellos se encontraban representantes de la Comisión por la Recuperación da Memoria Histórica de A Coruña, que inspiraron la «paraboda» del exterior. Los convocantes habían anunciado que no pretendían boicotear la ceremonia intramuros, sino simplemente expresar la reivindicación de que la que fue antigua residencia de Pardo Bazán sea devuelta al dominio público. La peculiar forma en que, en pleno desarrollo de la guerra civil, se llevó a cabo la «suscripción popular» es la base para aquella reivindicación.

Recuperación del pazo de Meirás

La recuperación del pazo no se produjo hasta el año 2020. El 10 de diciembre de ese año fue un día de simbolismos que ha quedado marcado en la memoria de muchas familias. «Es un día que deja una sensación de justicia histórica», expresó la abogada general del Estado, la gallega Consuelo Castro Rey, poco después de recibir las llaves del pazo de Meirás. Se las entregó la jueza Marta Canales, titular del Juzgado de Primera Instancia número 1 de A Coruña, que es la magistrada que firmó la sentencia que deja a los nietos de Francisco Franco sin el pazo de Meirás, 82 años después de que su abuelo se hiciese con la extensa propiedad que se convirtió en residencia oficial de verano del entonces jefe del Estado.

«Soy gallega y sé lo que este acto significa para mí, pero creo que es la devolución de un bien a las manos de las que nunca debía haber salido, que son las del Estado. Simbólicamente, podemos decir que el pazo ha vuelto a manos de los gallegos», añadió Consuelo Castro.

Ella fue quien recepcionó el pazo en representación del Estado. Lo hizo acompañada de la subsecretaria de Hacienda, Pilar Paneque, y de los abogados del Estado en Galicia, Javier Suárez y Adela Caramés, a los que agradeció públicamente «la extraordinaria ejecución de este pleito, que se llevó de manera excelente desde Galicia». Recordó que antes de plantear la demanda contra los Franco (en julio de 2019) hubo un trabajo exhaustivo de muchos meses en los que se analizaron los elementos probatorios de naturaleza histórica y se abrieron nuevas investigaciones hasta desembocar en el pleito que la abogada general del Estado calificó de «jurídicamente complejo».

Los Franco perdieron ese día uno de sus símbolos, pero tienen más frentes abiertos en Galicia. Un claro ejemplo es Casa Cornide, en A Coruña. La reclamación oficial para la recuperación de la propiedad se puso en marcha durante la primavera de este año. El Ayuntamiento de A Coruña aprobó el 17 de abril en junta de gobierno el inicio de un expediente que tendrá un plazo de seis meses para cerrar la revisión de oficio de dos decisiones que la Administración local tomó en 1962. La primera de ellas es la transferencia municipal de este histórico inmueble ubicado en la Ciudad Vieja. Mientras, la segunda es su adjudicación en subasta a Carmen Polo, mujer de Franco. Los informes jurídicos encargados por el Ayuntamiento concluyeron que estos trámites fueron una «apariencia» y que «non cumplían cos requisitos», detalló la alcaldesa, Inés Rey.