Los estancos de A Coruña se reinventan como centros logísticos: «Del tabaco ya no se vive»
VIVIR A CORUÑA

El comercio local encuentra una bombona de oxígeno en su alianza con gigantes digitales. Cada vez son más los negocios que operan como punto de entrega y recogida de paquetes, obteniendo unos ingresos que no dejan de crecer
09 oct 2024 . Actualizado a las 13:08 h.Si no puedes con tu enemigo únete a él. Esta es una de las conclusiones que esconde que cada vez más negocios locales en A Coruña se sumen a la tendencia de establecerse como puntos de recogida y envío de paquetes. Hace ya un tiempo que el comercio digital llegó para quedarse. De hecho, cada vez son más los ciudadanos que ya tienen en las compras por internet su opción favorita para hacerse con ropa, cosmética o pequeños electrodomésticos. Con el objetivo de ahorrar costes, muchos clientes eligen que les dejen sus pedidos en tiendas como librerías, copisterías, floristerías, ultramarinos o estancos, siendo estos últimos establecimientos los que más exprimen las mieles de esta decisión.
Algunas tiendas cooperan con gigantes de distribución como Amazon, otras con compañías logísticas como InPost (que se ha asociado con Zara, mandamás del fast fashion) y algunas con empresas de transporte como Seur y Celeritas. También están los que se pueden permitir trabajar con varias a la vez. Es el caso de Noemí, responsable del estanco Eirís 52. Esta mujer lleva algo más de tres años con su negocio, y desde entonces realiza una doble función en su local. Es clara respecto al devenir de su sector: «Del tabaco ya no se vive». Por eso ha encontrado en la alternativa de los paquetes una fuente de ingresos con la que está encantada.

Noemí se animó, principalmente, para asegurarse un mayor tráfico de clientes. «De esto que vienes a dejar un paquete y ya te llevas una cajetilla», comenta. Pero resulta que gracias al continuo entrar y salir de paquetes sus arcas han engrosado más de lo esperado. «Da mucho trabajo, sobre todo porque casi el 50 % de los clientes que recibo ya vienen por la paquetería, y esto significa más de cien personas». «Durante la época de rebajas no doy abasto y tengo el almacén a rebosar. Esas semanas es importante estar muy centrada en la organización, pero merece la pena». Tanto es así que cree que una salida laboral potente en la actualidad es el alquiler de un almacén «para dedicarte en exclusiva a esto, es un chollo».
Verónica, precisamente, se animó a ofrecer desde su estanco de Avenida de Arteixo un servicio de entrega de paquetería porque su local «tiene mucho almacenaje». Lleva alrededor de un año y asegura que las cantidades de pedidos que recibe se multiplican cada mes. Como Noemí, piensa que dado que el número de fumadores va en descenso, solo les queda reinventarse o morir. «No me planteo trabajar solo en esto, pero tanto los beneficios directos como el aumento de flujo de clientes que llegan al estanco hacen que sea una opción a tener muy en cuenta», reflexiona.

Olga lleva el estanco que hay en Fernández Latorre, en el que, a diario, se apilan torres y torres de paquetes. Cuando le ofrecieron operar como un centro logístico de barrio, hace un par de años, le pareció buena idea. «Es un complemento a nuestro trabajo habitual. Te garantizas un cobro fijo por cada envío y lo podemos compaginar perfectamente con el resto de labores». Plataformas como InPost informan en su página web a aquellos comerciantes que quieran adherirse a ellos que, con cada paquete, rascarán una cuantía de dinero que irá variando en función, por ejemplo, del tamaño. Así, quienes puedan asumir entregas de grandes dimensiones siempre se verán especialmente beneficiados.