Así han cambiado los polos comerciales de A Coruña desde el 2000: «Inditex mueve el mundo»
VIVIR A CORUÑA
El nuevo milenio celebra sus bodas de plata la próxima semana. El consumo ha mutado desde la llegada del siglo XXI, y A Coruña es el ejemplo perfecto para demostrarlo
26 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Un horizonte desconocido se acercaba peligrosamente y con él un miedo que, casi por primera vez, daba cuenta del poder de las novísimas tecnologías. El efecto 2000 prometía poner el mundo patas arriba por un posible error informático que, finalmente, acabó en nada. La vida siguió su curso, pero el cambio de milenio trajo consecuencias que, a punto de cumplir 25 años, pueden analizarse con distancia. La transformación del consumo ha modulado no solo los hábitos de compra de la sociedad, sino la economía a pequeña y gran escala. A Coruña no solo no escapa a este fenómeno, sino que como sede del buque Inditex, la ciudad es el ejemplo perfecto para radiografiar la evolución del comercio.
Tal día como hoy hace un cuarto de siglo, Martina Álvarez se encontraba inmersa en la campaña de Reyes en su tienda homónima de la calle Barcelona. Por aquel entonces la vía aún era, junto a la calle Real, la gran arteria comercial de la ciudad y una zona a la que, como dice esta empresaria, «venía gente de toda Galicia». La competencia era sana y no feroz porque había mercado para todos, con el comercio online aún en pañales y las grandes franquicias lejos de ser una plaga. En la actualidad, Martina Álvarez sigue en una vía que, reconoce, «está degradada y subsiste gracias a los vecinos, que son fieles»; pero hace unos años apostó por sumarse al nutrido grupo de comercios que lucen lustrosos en la milla de oro coruñesa: la plaza de Lugo.
«Aunque aquí tengo una variedad de clientas inigualable, porque Inditex mueve el mundo y está en esta zona, yo me sigo quedando con mi barrio. No tengo planes de cerrar mi local. Para mí la calle Barcelona lleva tocada desde que se pusieron a abrir todos esos centros comerciales, pero no está hundida». sentencia.
Bum de los centros comerciales
Álvarez se refiere a esa década en la que A Coruña inauguró la friolera de seis centros comerciales —del 2005 al 2015—, a los que hay que sumar los tres que ya existían. De los nueve que llegó a haber, hoy resisten a pleno rendimiento El Corte Inglés, Marineda City, The Style Outlets y Centro Comercial Cuatro Caminos. Este último recibe cada día a 20.500 personas; o lo que es lo mismo: el equivalente al 10 % de los coruñeses. «Parte de nuestro éxito se basa en que apostamos por franquicias sin dejar de lado el comercio local, y diría que somos los únicos que impulsamos este mix». indica Rubén Becerra, director de esta gran superficie. Reconoce que aunque los polos comerciales se han ido moviendo a lo largo de este cuarto de siglo, Cuatro Caminos aguanta el tipo. Y no solo eso, ya planean una zona gastronómica renovada para captar al público joven. «Nos hizo daño cuando se fueron Bershka, Zara Home o Stradivarius, pero hemos sabido subsistir».
En el 2001, las huellas de Inditex eran numerosas en la calle Real, Torreiro y el Centro Comercial Cuatro Caminos. Pero el auge de las compras por internet, el estallido de complejos comerciales y la renovación de la plaza de Lugo transformaron por completo las zonas de ocio de la ciudad. Desde el decenio pasado, las marcas se pelean por estar en el entorno de la calle Compostela, saliendo damnificadas vías como San Andrés —que tiene en la peatonalización su bombona de oxígeno— o la muy esplendorosa calle Real.
Carolina Carrillo es la presidenta de la Zona Comercial Obelisco, y regenta Luna Lunera, uno de esos locales emblemáticos que los coruñeses consideran «de toda la vida». Conocedora de que esta arteria está lejos de ser la vía hegemónica de las compras en A Coruña, mantiene que tampoco está, aunque algunos piensen que sí, de capa caída. «La calle Real siempre va a ser la calle Real y siempre va a haber gente. Quizás haya cambiado el motivo por el que se viene a esta zona, pero gusta igual. Antes se venía más de compras y ahora se está renovando como enclave de hostelería, sobre todo Riego de Agua. Además, hay que tener en cuenta la cantidad de tránsito turístico que tenemos cada día».
Carrillo sabe que respecto al flujo de visitantes, entre comerciantes hay diversidad de opiniones. «Hay gente que piensa que solo van al supermercado y contaminan, pero para mí si es positivo que vengan. Si no me compran a mí le comprarán a mi vecino, que tendrá más capacidad económica para también gastar dinero en el comercio», concluye.