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«Considero que el cine es un arte menor que la literatura»

CULTURA

El autor catalán participó ayer en un debate en A Coruña junto a Ignacio Martínez de Pisón y Mercedes Monmany

17 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Escribe desde el borde la realidad tendiendo puentes al vacío. Al otro lado de su literatura hay una pléyade de vilamatianos: «El jueves me estaban haciendo una entrevista para una radio gallega; estaba en mi casa de Barcelona y mientras hablábamos empezaron a derribar la casa de enfrente; es eso que llaman un suceso vilamatiano». Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948) hizo ayer con Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960) el Autorretrato de escritor, en una mesa redonda moderada por Mercedes Monmany y organizada por la Diputación coruñesa dentro de los actos de entrega del premio de narrativa Gonzalo Torrente Ballester.

-¿Cómo se autorretrata un escritor?

-Mirando las paredes de su interior. No sé cuál será el resultado porque Ignacio y yo, que somos muy amigos, tenemos una visión muy distinta: a el le gusta mucho más el realismo y yo estoy en la realidad pero mirando hacia el abismo.

-Escribió que se hizo escritor porque vio a Mastroianni en la película «La noche», de Antonioni, que era escritor...

-Cada día que me preguntan por qué escribo doy una respuesta diferente; el motivo depende del día.

-¿Y cuando le dijo a su padre que quería ser Malraux?

-Fue la típica pregunta, con 16 años, de qué iba a estudiar. En realidad le dije que quería ser Hemingway, aunque luego también he dicho lo de Malraux; fue cuando me dijo que eso no se estudiaba en la universidad.

-Escribió el libro «Nunca voy al cine». ¿Sigue sin ir?

-Trabajé mucho en la revista Fotogramas, tuve mucha relación con el cine, como crítico, y quise ser cineasta. Luego me desengañé al no lograrlo, empecé a odiar el cine y escribí ese libro. En los últimos años ha vuelto a interesarme el cine, pero ya lo veo en mi casa o en el extranjero, porque me da mucha vergüenza que me vean en Madrid o Barcelona, donde soy más conocido, entrando en un cine. Quiero mantener un respeto al título que puse en un momento determinado, así que voy más en el extranjero, que no tengo que esconderme. Me sigue interesando mucho el cine al que, de todos modos, sigo considerando un arte menor que la literatura.

-¿Qué fue de los autores catalanes que escriben en castellano y no fueron a Fráncfort?

-Una vez que pasó la feria, estuvimos Quim Monzó y yo una hora hablando de nuestros libros en un programa de la televisión catalana y no hubo la menor expectación, ni siquiera entre los propios comentaristas locales; nadie dijo nada, ya no era noticia mediática.

-¿Su próxima obra?

-Estoy trabajando en un ensayo largo que se titula Hacia una teoría de la novela, que llevo bastante avanzado, y he empezado una novela sobre la que no puedo adelantar nada, pero que ya está en marcha.

-¿Muere la novela?

-Absolutamente no; basta leer Tristram Shandy, que está escrito hace tantos años. Incluye una cantidad de propuestas y de grandes ideas nuevas para tantas novelas que solo leyendo ese libro uno ve que es imposible que muera la novela, por las posibilidades no explotadas, que son inmensas.