Considera «La muchacha de los pies descalzos» la obra fundamental de la etapa coruñesa del pintor
CULTURA
Al salir de la Fundación Barrié de A Coruña gira uno a la izquierda, camina y unos metros más allá se encontrará el número 20 de la calle Real, donde Picasso celebró su primera exposición. «En efecto, en A Coruña expuso por primera vez. Fueron dos obras, no sabemos cuáles, en la calle Real. En 1895. Más tarde realiza su primera exposición grande, de unos 80 dibujos, en el café Els Quatre Gats de Barcelona».
Entre la producción gallega de Picasso, Ocaña destaca La muchacha de los pies descalzos (1895), que el artista conservó hasta su muerte y que ahora se expone en el Museo Picasso de París. «Es una pintura muy precoz y muy conseguida para su edad. Sus piernas, tan sólidas, anticipan las de algunas de las mujeres que pintará después». Mucho se ha especulado con la identidad de la muchacha. «Qué más da. Lo importante es la obra», cree esta experta, que asegura que hay un dibujo de Brocos de una joven que recuerda mucho a la que pintó el artista que en esa obra firmó «P. Ruiz».
Del siglo XIX al XXI, a la presente exposición picassiana, que es doble, de retratos femeninos en A Coruña y de naturalezas muertas en Vigo. Hay conexión entre ambas, como Ocaña demostró ayer durante su conferencia: «Hay transversalidad entre las figuras femeninas y las naturalezas muertas, momentos en los que los bodegones adquieren formas femeninas, y otros en los que transforma las formas humanas en bodegones».