Ha disminuido su tirón en taquilla, pero mantiene intacta su capacidad de convocatoria. Tom Cruise ya no ocupa el primer puesto en la lista de los más poderosos de Hollywood. Su escena saltando en el sillón del show de Oprah Winfrey para hacer público su amor por Katie Holmes, hoy su esposa y madre de su única hija biológica, Suri, y su acérrima defensa de la Cienciología le han pasado factura. Pero sigue siendo uno de los actores que más expectación levantan en sus apariciones públicas. Inmerso en la promoción de la controvertida Valkiria , la estrella presentó ayer en Madrid esta historia basada en hechos reales, sobre el intento de asesinato de Hitler, que el viernes se lanza en España con 375 copias.
Atento, educado, con un estupendo aspecto físico y sin acusar las muchas horas de vuelo que está haciendo estas semanas en la promoción de la película. Así apareció Cruise en el multitudinario encuentro que tuvo con los medios, cita a la que acudió con el productor y guionista del filme, Christopher McQuarrie. También estaba prevista la presencia del director Bryan Singer, que faltó al acto porque estaba «muy cansado», según la explicación oficial.
Mucha documentación
A Cruise se le veía contento de estar de nuevo en España. El actor, que ha sobrepasado los cien millones de dólares en recaudación con muchas películas, apareció con un discreto polo navy , pantalón gris y parecido corte de pelo al que luce en el filme, en la que da vida a Claus von Stauffenberg, coronel del Estado Mayor del Ejército de Reserva del Reich que, tras varios intentos fallidos, planea junto a un grupo de conspiradores matar al Fuhrer. Cruise aseguró que se documentó «exhaustivamente» para este papel. Encuentros con uno de los guardaespaldas de Hitler, y con varios familiares de Stauffenberg, que incluso acudieron al rodaje que tanto dio que hablar; minuciosos estudios de las ubicaciones donde se desarrollaron los hechos; y revisión de cartas y documentos. No quería dejar ningún cabo suelto para que su objetivo de ser «fiel a lo que ocurrió» no resultara fallido.
Y es que, para Cruise, Valkiria ha sido «un gran reto». «Es una película que quiere entretener, pero cuando lees lo que ocurrió te das cuenta de que es un thriller de suspense y acción. Queríamos honrar a la historia y que funcionara en el cine. Nos fijamos en detalles que solo los muy entendidos sabían -él mismo reconoció que, como la mayoría de sus compatriotas, no sabía de la existencia de este nazi que el 20 de julio de 1944 atentó personalmente contra el dictador-. Valkiria tiene el estilo de película que siempre he querido hacer porque aborda un tema atemporal sobre un persona que se enfrenta a algo terrible por salvar a su patria y a su familia», explicó. Fascinado con el coronel Stauffenberg, con el que guarda parecido físico, Cruise confesó que Valkiria era una producción complicada: «Siempre creímos en lo que hacíamos. Meterte en la piel de alguien real siempre es una presión añadida».