«Escribir es algo que necesita preparación y entrenamiento»

Camilo Franco

CULTURA

El autor de «Tokio Blues» y «After Dark» recibe en Santiago el premio San Clemente, que entregan alumnos de diversos centros gallegos

12 mar 2009 . Actualizado a las 10:04 h.

Haruki Murakaki llenó el Casino de Santiago en la noche de ayer para presentar De que estou a falar cando falo de correr , publicada por Galaxia. Fue su segundo acto del día porque el primero, una hora antes, se ofreció en el Instituto Rosalía de Castro, en el que el escritor japonés tuvo el primero contacto con los alumnos que le concedieron el premio San Clemente por su novela After Dark , publicada por Tusquets.

-El libro que acaba de publicar Galaxia, «De que estou a falar cando falo de correr», insiste en la idea de que escribir novelas es como correr una maratón. ¿Son tan paralelas una cosa y la otra?

-Escribir una novela es algo que necesita de preparación y entrenamiento. No se puede hacer sin un trabajo previo. En ese sentido, yo digo que son actividades paralelas que necesitan de una preparación parecida: necesitan concentración y esfuerzo continuado. Llevo dos años levantándome a las cuatro de la mañana y escribiendo cinco horas seguidas, siete días a la semana y cuatro semanas al mes. Esto no se puede hacer de una manera espontánea y correr un maratón o correr una serie de kilómetros diariamente, tampoco. Para una novela es necesaria una preparación previa, un entrenamiento, y mantener la concentración porque sin concentración no es posible escribir. Por otro lado, en la práctica comencé a escribir novelas casi al mismo tiempo que comencé a correr el maratón. Para mí van muy ligadas.

-¿Si un novelista es un corredor de maratón, un escritor de relatos sería como un corredor de los cien metros lisos?

-En mi caso no. Los libros de relatos se escriben más rápido, pero mantengo más o menos los mismos hábitos en un caso o en otro. En ese sentido, la relación con la literatura no cambia sea cual sea el género.

-En este mismo libro explica que en el comportamiento humano pesa más lo físico que lo intelectual, que es necesario adaptar el cuerpo para cualquier actividad.

-No soy mucho de esa idea. Como escritor lo que yo hago, en realidad, es profundizar en mi mismo. En cierto modo me utilizo a mí mismo porque tampoco tengo muchas más opciones si quiero hablar de cosas de las que conozco. Profundizo en mí y de ahí salen conclusiones que se transforman hasta llegar a las historias que cuento. En el caso de este libro hay conclusiones más directas porque hablo sobre cosas, como correr, que es una actividad que he realizado muchos años, que me ha dado buenos resultados en más de un sentido y desde la que he aprendido a conocer mejor o a entender mejor algunas cosas.

-¿Pero cree que pesa más lo emocional que lo intelectual?

-Creo que pesan ambas. Depende de las personas y creo que, además, una cosa y la otra van juntas y que interactúan de manera que no siempre es fácil separar una de otra. Para mí y en lo que tiene que ver con la literatura son circunstancias parejas porque es muy difícil manejarse solo en una de las dos. No creo que sea posible que la vida y a literatura puedan ser posibles si falta una de las cosas.

-Sin embargo asegura en el libro que mientras corre no piensa en algo concreto.

-Digo que no pienso en nada en concreto, que si me preguntan no podría decir con exactitud en que pienso cuando corro. Pero correr tiene un efecto que ayuda a esclarecer lo que uno piensa. Es una manera de acostumbrar al cuerpo a la concentración que se precisa para escribir.

-¿Cree que en Europa se sigue leyendo la literatura japonesa como si se tratase de algo exótico?

-Creo que no se puede hablar de una sola literatura japonesa. Hay muchos tipos de literatura japonesa. Alguna de ella puede resultar exótica para los lectores europeos. Hay una literatura más localista y otra que tiene argumentos o carácter más internacional.