En la 68.ª edición, las editoras, librerías y distribuidoras han montado 357 casetas en el Retiro.
03 jun 2009 . Actualizado a las 18:43 h.«A pesar de los nubarrones de la crisis económica en la que estamos inmersos, lo que llevamos de Feria del Libro va mejor que nunca. Cada año hemos batido récords, y en lo que va de esta edición llevamos el mismo camino». Son palabras de Belén Sáez, la delegada de la editorial pontevedresa Kalandraka, que junto con la coruñesa Ediciones del Viento y las también pontevedresas Edicións do Cumio y Ellago Ediciones integran la representación gallega en la 68 edición de uno de los acontecimientos editoriales más importantes del mundo: la Feria del Libro de Madrid.
Este año, solo en tres de las 357 casetas que las editoriales, librerías y distribuidores han montado en el paseo de coches del Retiro madrileño se habla gallego, puesto que Edicións do Cumio y Ellago Ediciones comparten uno. Y son estas dos últimas las que de verdad están sintiendo la crisis, pues según Rosa Escalante, la empleada de Cumio que atienda el stand, «la cosa está floja». Y se explica: «Pasa mucha gente, pero no se anima a comprar. Otros años, los clientes se llevaban más de un libro, y este compran uno y a cuentagotas. Se lo piensan mucho».
Esta ralentización de las ventas no es percibida por sus otras dos colegas gallegas, pues al optimismo, basado en datos, de la representante de Kalandraka se une Francisco Villegas Belmonte, el editor de Ediciones del Viento, quien se siente contento por cómo van las ventas desde que el pasado viernes se inauguró la feria.
«Buena sensación»
«La sensación es bastante buena, y es algo extendido entre la mayoría de los editores. Teníamos cierto temor a lo que podía suceder por la dichosa crisis, pero vamos mejor que el año pasado. Si el tiempo atmosférico nos respeta, pues en estas fechas suele llover en Madrid, puede ser un magnífico año», asegura Villegas.
Como todos los años, las firmas de las obras por los autores son la principal atracción para los lectores. Aunque ser un personaje televisivo garantiza un atractivo especial para los visitantes. Fue el caso David Cantero, Eduardo Punset y Nuria Roca el pasado fin de semana, que prácticamente igualaron en lectores a firmas de renombre como las de Javier Cercas, Javier Marías, Maruja Torres o incluso Dominique Lapierre.
Con otro estilo distinto al de estos autores consagrados, el gallego Xosé Ballesteros ha sido uno de los más seguidos, en particular por su famoso cuento adaptado El pequeño conejo blanco (editado por Kalandraka), que tuvo como compradora distinguida a la infanta Elena, que se llevó la obra firmada para sus hijos. Aunque el mayor éxito de esta editorial especializada en literatura infantil sigue siendo A qué sabe la luna, de Michael Greniej, que llama la atención de niños y mayores.
Y aunque son los miles de compradores que visitan diariamente este nido editorial, siempre surge alguna historia de protagonista anónimo que llama la atención. Como la que vivió la empleada de Edicións do Cumio el libro de Ouka Leele El nombre de una estrella . «Lo compró porque en una de las imágenes que la fotógrafa madrileña publica sale su padre. Es la foto en la que un hombre tiene un revólver apuntando a su sien, que creo que también es la portada de un conocido disco».