Vestida de negro, sobria, elegante, con el único toque de color en los zapatos y en la medalla verde y dorada que le acababan de imponer, Luz Casal estaba ayer sobre todo radiante de satisfacción y no tuvo ayer más que palabras de agradecimiento al país y a la gente que con tanta fidelidad ha seguido su carrera.
«Una condecoración en un país diferente a España siempre es una sorpresa, que se convierte en agradecimiento, y es consecuencia de mi relación con Francia desde hace más de 18 años», explicó la cantante minutos después de haber recibido la prestigiosa condecoración.
«Me siento muy bien, me siento honrada, me siento querida y ahora mismo tengo una mezcla extraordinaria de sentimientos buenos», sentenció feliz Casal, quien señaló que esta medalla «pone un kilo de arena más» a su relación con Francia.
Dos recitales históricos
Más tranquila durante el cóctel posterior a la ceremonia en el Ministerio de Cultura, Luz Casal destacó «el momento tan feliz» en el que se encuentra, tras el éxito de su último disco, La pasión , su personal homenaje al bolero, y por la euforia cosechada en los dos conciertos que ha ofrecido esta semana en el Teatro Châtelet de París con un público rendido a sus pies.
En estos ya históricos recitales, que no se quisieron perder personalidades del mundo de la política y del arte, como el primer ministro galo, François Fillon, o las cantantes Marianne Faitfull y Jane Birkin, Luz Casal puso en pie a los asistentes al célebre teatro.
La gallega presentó La pasión , una «aventura» en la que busca «dar las gracias a todos los compositores que durante los años cuarenta fueron capaces de hacer canciones tan maravillosas, y a intérpretes que son todavía una referencia», además de acercar a los «más jóvenes» al bolero.