Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

«Por las venas de mi literatura corre sangre gallega»

CULTURA

14 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Milagros Frías (Jerez de los Caballeros, 1955) es autora de algunos de los grandes libros de la narrativa hispana contemporánea. Novelas como Ars Amandi (2000), Paisajes de invierno (2003) o la impactante La alambrada de Levi (2006) han situado en un lugar de honor de las letras españolas a una creadora cuya narrativa está repleta, a la vez, de intensidad lírica y profunda carga ética. La novela con la que acaba de ganar el Torrente cuenta la historia de una mujer joven que, lejos de su país, se ve obligada a enfrentarse a lo inesperado; a lo que puede convertir en un calvario el mero hecho de existir.

-Gana el Torrente en una fecha muy especial: cuando va a cumplirse el centenario del del escritor ferrolano...

-Una de las grandes satisfacciones que me produce ganar este premio, además de vincularme a la figura de Gonzalo Torrente Ballester, es la de acercarme aún más a un universo, el de los escritores gallegos, al que me siento muy próxima literariamente. Porque es un universo literario impregnado de melancolía, en el que la naturaleza aparece en estado puro mediante un paisaje evocador que permite situarse frente a él, inspirando a quien escribe y favoreciendo la creación. Y esta novela que acabo de escribir, y que se titulará Luces que ciegan la noche , parte de la peripecia vital de la protagonista para contar cómo ella, al salir de su entorno vital más próximo, encuentra en la naturaleza un asidero que le ayuda a sobrevivir.

-Buena parte de este libro se escribió en la casa que usted posee en Viveiro.

-Me gusta escribir en Galicia. Por las venas de mi literatura corre desde siempre sangre gallega. Mucho antes de que yo conociese Galicia físicamente, ya era lectora de escritores como Wenceslao Fernández Flórez, autor de El bosque animado , que está tan en línea con esa conexión con la naturaleza, como fascinación y embrujo, que comentábamos; también Madariaga, Cunqueiro, Blanco-Amor y Elena Quiroga, cuyo libro Viento del norte me pareció precioso. Y la obra de Cela, especialmente Pabellón de reposo y Mazurca para dos muerto s.

-Siempre me ha llamado la atención que entre sus novelas y las de su marido, Ramón Pernas, hay muy pocos elementos comunes...

-Sí, es verdad. Como escritores, Ramón y yo no nos parecemos en nada. Pero en cambio, como lectores, nuestros juicios suelen coincidir con frecuencia.

-¿Cuándo regresará usted a Viveiro?

-Sin duda estas Navidades, como hago siempre. Quiero celebrar allí, con Ramón y con nuestra familia, el premio a esta novela. Un libro en el que he querido, sin renunciar a la exigencia en la escritura, conjugar la calidad con lo lúdico, que me parece fundamental.

-¿Está trabajando ahora en algún libro nuevo?

-¡Sí, como no podía ser de otra manera! [ríe Milagros]. Tras esta novela del Torrente, en la que utilizaba un registro diferente, ahora estoy escribiendo un libro pensado para el público juvenil. Una novela en la que tampoco quiero descuidar la calidad, pero que va a estar dirigida a los adolescentes. Trata de una serie de desapariciones que se producen en un momento en el que surgen indicios de que el planeta corre peligro. Y entonces se busca un planeta alternativo, que está en manos de los que justamente lo que tratan es de monopolizar esa salida para hacerse con el poder mundial.

-Usted nunca había escrito para un público tan joven...

-No, no lo había hecho. Pero este libro está escrito de forma que también pueda llegar al público adulto.

-Además de a Viveiro, hay otros lugares gallegos a los que usted está muy unida: Mondoñedo, Ferrol, la Costa da Morte... ¿Para cuándo una novela sobre Galicia?

-¡Pues no lo sé...! [ríe de nuevo la escritora]. Cuando me dispongo a escribir una novela, de entrada no me planteo cuál va a ser el escenario en el que se va a desarrollar. Y en Ars Amandi la primera parte ya está ambientada en una Galicia que es Viveiro. Pero no descarto poder ir, un día, bastante más allá.