La estadounidense considera que el Óscar de Penélope Cruz abrió muchas puertas, pero cree que compañeras de profesión como Salma Hayek, Jessica Alba o Jennifer López no trabajan tanto «como deberían».
17 nov 2009 . Actualizado a las 10:53 h.Eva Mendes rezuma sensualidad. No puede evitarlo aunque se esconda tras un enorme poncho y cruce las piernas mientras habla como si hiciera yoga. Pero su belleza no le ha allanado el camino en el cine, ni mucho menos sus raíces cubanas. «Ser latina en Hollywood aún es difícil», dijo a Efe.
La actriz de títulos como «Training Day» (2001), «2 Fast 2 Furious» (2003), «We Own The Night» (2007) y «The Spirit» (2008), explica que cada vez llegan más oportunidades para los intérpretes latinos de Hollywood, aunque la calidad de esos textos deja en ocasiones mucho que desear.
«En cuanto a volumen, sí hay más papeles. Lo que no aumenta es la calidad», dijo rotunda esta estadounidense de 35 años, nacida en Miami y criada en Los Ángeles, que considera que los latinos lo tienen más complicado para triunfar porque no tienen los rasgos clásicos estadounidenses.
«Mírame. Soy latina. Mis padres son cubanos, pero hablo inglés sin acento y me crié aquí. Las estadounidenses de hoy son como yo, mezcla de culturas y raíces. Pero a las que no somos blancas y rubias nos bloquean un poco», manifestó Mendes.
La estadounidense considera que el Óscar de Penélope Cruz abrió muchas puertas, pero cree que compañeras de profesión como Salma Hayek, Jessica Alba o Jennifer López no trabajan tanto «como deberían».
«Todas tienen un talento increíble pero no aparecen demasiado.
Quiero más papeles. No sólo para mí. No soy una Madre Teresa, pero los quiero para todas las latinas y para las mujeres en general», declaró la actriz.
Este viernes llega a EE.UU, su más reciente película, «Bad Lieutenant: Port of Call New Orleans», donde comparte protagonismo junto con Nicolas Cage, en un filme dirigido por el alemán Werner Herzog que la propia Mendes califica como «peculiar».
«Herzog es un cineasta innovador, que hace películas interesantes y salvajes. Trabajar con alguien como él es lo que alimenta mi alma», aseguró la actriz.
«Las cintas estadounidenses a veces no tienen sustancia y ésta en concreto es totalmente diferente e inusual», dijo Mendes, que cita «Fitzcarraldo» (1982) y «Aguirre: The Wrath of God» (1972) como sus cintas favoritas del realizador germano.
En su nueva película, Mendes interpreta a Frankie, una prostituta que supone todo el apoyo emocional del inestable detective al que encarna Cage.
«Frankie sólo trata de sobrevivir -comentó Mendes-. Su vida la ha llevado a tomar decisiones duras. No la juzgo, respeto lo que hace.
No es alguien perfecto y eso me gusta. Disfruté haciendo de alguien tan desastroso. Prefiero eso a la típica mona y graciosilla con cierto punto de locura».
Además, la actriz se deshizo en elogios hacia Cage, con quien coincidió en «Ghost Rider» (2007).
«Es un corazón. Lo que me encanta de él es su excentricidad. ¡Es tan raro! ¡Tiene un castillo en Alemania y un búho como mascota! En Hollywood pretenden domar a la gente y él pasa. Rompe esas cadenas.
Amo a la gente así», aseguró Mendes.
La actriz huye de la etiqueta de «celebridad» porque, en su opinión, esa palabra es «sucia» a día de hoy.
«No quiero ser una celebridad, sino una actriz trabajadora», comentó la intérprete. «Podría ser más famosa si picase el anzuelo, pero no recorro la alfombra roja con ciertas personas, ni me voy de restaurantes con ellos ni salgo con famosos. No llamo la atención», afirmó.
Mendes sale con el productor George Gargurevich, de origen peruano, pero de momento no piensa en el matrimonio ni en tener hijos. «No creo que me case. Tengo 35 años pero me siento como una niña. En los 60 o los 70 a esa edad estabas acabada, pero yo siento que aún estoy creciendo. Y los bebés... por ahora no», apuntó.
En 2010 llegarán los estrenos de «Last Night», una cinta de infidelidades y relaciones íntimas junto a Keira Knightley, y la comedia «The Other Guys», con Will Ferrell, en el que ha sido el rodaje «más divertido» de su vida.
«No sueño con el Óscar, sino con tener una gran carrera y trabajar con la gente que me entusiasma. Los premios son estupendos pero no lo son todo. Hay gente que ganó el Óscar y no hemos vuelto a saber nada de ellos. Los premios no te garantizan trabajar y eso es lo único que quiero, porque me encanta», admitió.
Y mientras se esfuerza porque le lleguen papeles de calidad, pide un deseo: «Que termine ya Castro. Quiero ver una Cuba libre».