Bachelet: «Después de 36 años, Víctor Jara puede descansar en paz»

Efe

CULTURA

La presidenta chilena asistió al velatorio del cantautor que fue brutalmente asesinado en 1973.

04 dic 2009 . Actualizado a las 22:31 h.

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, asistió este viernes al velatorio multitudinario de los restos del cantautor chileno Víctor Jara, asesinado en 1973 por militares y enterrado en condiciones semiclandestinas, y celebró que «después de 36 años, Víctor Jara puede descansar en paz».

La mandataria acudió a la Fundación Víctor Jara, en el centro de Santiago de Chile, acompañada por la portavoz del Gobierno, Carolina Tohá, donde ambas fueron recibidas por la británica Joan Turner, viuda del cantautor, y por sus hijas.

Posteriormente, Bachelet, Tohá y Turner montaron la guardia de honor junto al ataúd de madera donde reposan los restos de Jara, el mismo en el que fue sepultado el 18 de septiembre de 1973 (cinco días después del golpe militar en Chile), cuando su esposa, acompañada sólo por dos personas, lo depositó en condiciones muy penosas y semiclandestinas en un humilde nicho del Cementerio General.

El catafalco fue restaurado por Amanda, una de las hijas del artista, después de que su cuerpo fue exhumado, el pasado junio, para ser sometido a una serie de pericias legales para averiguar exactamente la manera en la que fue asesinado.

Según determinó la investigación judicial, Jara fue brutalmente golpeado y torturado, sus manos sufrieron golpes de culatas de fusiles y después recibió 44 disparos en todo el cuerpo.

Bachelet destacó la figura del autor de canciones como Te recuerdo Amanda y El Cigarrito, a quien describió como una persona «integral» y «coherente», con los valores de la justicia social, la humanidad, el respeto y la solidaridad.

«Se ha demorado nuestro país 36 años en devolverle a Chile y devolverle a su familia, este Víctor que es nuestro, es de todos nosotros. Creo que es el mejor homenaje que podemos rendir, ese homenaje al reconocimiento de él en toda su plenitud», indicó, metafóricamente, la mandataria.

«Finalmente, después de 36 años, Víctor puede descansar en paz», recalcó Bachelet, quien recordó que «hay muchas otras familias que quieren poder descansar en paz».

«Por eso, es importante que sigamos avanzando en verdad y justicia, para que Chile pueda descansar en paz. ¡Víctor Jara, presente!», concluyó.

En tanto, la viuda del cantautor, junto con la Fundación Víctor Jara, que han querido aprovechar la exhumación de los restos del cantautor para rendirle el homenaje público que nunca tuvo, aseguró que esa ceremonia «no es un funeral normal», sino «un acto de amor y duelo por todos nuestros muertos y también la celebración de la vida de Víctor».

Visiblemente emocionada, Turner afirmó que desde este jueves, cuando se inició el velatorio, puede sentir que Jara «vive en el corazón de su pueblo».

«Creo que esta por aquí, con nosotros (...) sigue viviendo y luchando con nosotros por un mundo mejor», dijo la viuda del cantautor.

El homenaje a Víctor Jara empezó este jueves, cuando acudieron al velatorio figuras como la ministra de Cultura, Paulina Urrutia; el músico chileno Ángel Parra, hijo de Violeta Parra, el director de cine Andrés Wood y el candidato presidencial de la izquierda extraparlamentaria, Jorge Arrate.

Desde el comienzo del velorio, unas 10.000 personas han rendido homenaje al cantautor, según los dirigentes de la Fundación, mientras decenas de artistas han dedicado números de canto, danza y otras expresiones a su memoria.

Durante la noche, destacó la presencia de un grupo de cantores populares que usualmente trabajan a cambio de monedas en las calles o en vehículos del transporte público, quienes usaron una misma guitarra, que circulaba de mano en mano, para interpretar canciones de Víctor Jara.

El entierro tendrá lugar este sábado a las 10.00 horas (13.00 GMT) cuando, desde la sede de la Fundación, saldrá un cortejo que recorrerá las calles hasta ser nuevamente enterrado en el Cementerio General.

El cantautor y director de teatro fue asesinado en el Estadio Chile, un recinto deportivo utilizado como centro de reclusión y tortura, días después del golpe de Estado que el 11 de septiembre de 1973 derrocó al presidente Salvador Allende (1970-1973) y puso en el poder al dictador Augusto Pinochet, fallecido en el 2006.