Dice hay otras cosas que quiere explorar: «tengo ideas muy potentes en mi cabeza que me gustaría convertir en películas».
13 dic 2009 . Actualizado a las 15:35 h.La actriz y escritora británica Emma Thompson, ganadora de dos Óscar por su trabajo en ambos terrenos -uno, como mejor actriz y otro, por un guión adaptado- ha dejado un mensaje a Pedro Almodóvar tras su breve paso por Madrid para apoyar una campaña contra la prostitución: quiere ser una chica Almodóvar.
«He rogado a Pedro Almodóvar que me contrate y él dice siempre que sí, que sí, que sí, pero nunca me llama, siempre me da largas, así que si alguien tiene algún tipo de influencia pido por favor que la ejerza», bromea seriamente la actriz en una entrevista con EFE.
Almodóvar, dice Thompson, es uno de los mejores directores del mundo y ella siempre ha querido trabajar con él: «dice que puede hacer una película sobre una inglesa loca que vive en España, pero nunca lo hace, así que tendré que venir a Madrid y amenazarle, y si las palabras amables no funcionan, emplearé la violencia», sigue la broma.
La actriz sólo ha estado un día en Madrid, lo suficiente para dejar tras de sí un reguero de solidaridad: tras su colaboración con una ONG de defensa de los Derechos Humanos asegura que hay que «redefenirlos y protegerlos».
«Tenemos que involucrarnos más, no escribirlos y dejar que luego se disuelvan», y así mismo, lo lleva a la práctica: «como ciudadana respondo de forma artística, porque ese es mi mundo, contando una historia de una forma muy especial».
Se refiere al motivo que le ha traído a Madrid, la presentación de la exposición «Journey» (Viaje) donde Thompson, en un brutal vídeo, se convierte en «Helena», una mujer obligada a tener relaciones con cuarenta hombres cada día, para denunciar el tráfico de mujeres explotadas sexualmente, junto a la ministra de Igualdad, Bibiana Aido.
Es una sorpresa agradable para Thompson saber que el Gobierno español es paritario, aunque cuestiona más la denominada «discriminación positiva»: ¿Qué hacemos, por ejemplo, si una mujer hace una película horrorosa con una subvención? Sería un desastre, dice, pero opina que esas medidas «son necesarias y hacerlo con una ley es a veces la única forma de lograr una igualdad».
Compañera de actorazos como Dustin Hoffman, Anthony Hopkins, o Daniel Day Lewis, afirma que le gusta observar a los jóvenes actores que son «brillantes» porque «si son buenos, son emocionalmente muy muy complejos».
Se ríe al preguntarle si está en alguna red social: «Antes me haría la cirugía estética», asegura, y aunque reconoce que su relación con Internet no es muy buena, sí le interesa, siquiera porque es madre: «hablan y viven en un mundo del que no soy parte, donde no se implican cara a cara con la gente».
«Creo que es buena pero que tiene que ser utilizada con mucho cuidado, como todos los avances tecnológicos, porque es totalmente incontrolable, lleva un enorme peligro añadido», ha señalado la actriz, quien fantasea con la posibilidad de que internet sólo sea el primer paso para una comunicación telepática, «cerebro a cerebro», mucho más intensa y verdadera entre las personas.
De entre sus numerosas experiencias profesionales, Thompson destaca «La niñera mágica», de cuyo guión también es autora, porque «debía gustar a niños, madres y padres, y es muy difícil hacer algo así».
En esta película, Thompson aparece con las facciones cómicamente maquilladas hasta la deformidad, igual que en su papel como Sybilla, la profesora gafotas de Harry Potter en «El prisionero de Azkaban» y en «La Orden del Fénix».
Dice que según se hace «mayor» -tiene 50 años- hay otras cosas que quiere explorar: «tengo ideas muy potentes en mi cabeza que me gustaría convertir en películas».
Usa tanto los ojos como las manos para contestar y se vuelve especialmente vehemente cuando habla de los derechos de las mujeres: «necesitamos, y mucho, aprender cuál es el valor de las mujeres en el mundo», asevera.
Desde finales de los 80, Thompson ha rodado una treintena de largometrajes con los más prestigiosos directores, entre los que se cuenta su ex marido Kenneth Branagh («Los amigos de Peter»), James Ivory («Regreso a Howards End», con la que ganó su Óscar como mejor actriz) y Jim Sheridam («En el nombre del padre»).
Aunque debe a Ang Lee no sólo una nominación al Óscar por su trabajo como actriz en «Sentido y Sensibilidad», sino que con esta película se llevó la estatuilla como autora del guión, adaptado de la novela de Jane Austen.
Cuando lo recuerda, se lleva la mano al corazón: haciendo esa película conoció a su actual marido, el guapísimo Greg Wise, siete años más joven que ella, con el que tiene una hija.