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«Mi antecesor fue un gran ministro, me sorprendió que lo destituyesen»

M. Cheda

CULTURA

La titular de Cultura defiende el «constante» apoyo de Madrid al Xacobeo.

08 abr 2010 . Actualizado a las 12:47 h.

Hace hoy un año, Ángeles González-Sinde (Madrid, 1965) abandonó la presidencia de la Academia de Cine para sustituir como ministro de Cultura al gallego César Antonio Molina, cuando este apenas llevaba 21 meses en el cargo. Aquel relevo, reconoce, le sorprendió. Desde entonces, mayormente vertidas por internautas, no ha cesado de encajar unas críticas que dice respetar, si bien no comparte. Anteayer recibió las del presidente de la Xunta por la, a su juicio, nula implicación del Gobierno central en el Xacobeo.

-Núñez Feijoo se confiesa «decepcionado» por la atención que Madrid presta al año santo. ¿Comparte el análisis?

-Respeto su criterio, pero no. No solo el de Cultura, sino distintos ministerios, mantienen un apoyo constante al Camino de Santiago, por ejemplo, en conservación del patrimonio, apertura de rutas, incentivos?

-Desde su departamento, entonces, ¿qué esgrime contra la percepción del presidente?

-Prestamos un apoyo constante, no solo en este año excepcional, que también. Que el Camino esté en óptimas condiciones es un trabajo de años, de inversión sostenida, de atención continuada... Y siempre estamos ahí.

-¿Cómo se ve desde Madrid la Ciudad de la Cultura?

-Los equipamientos culturales de alto nivel y con una firma arquitectónica de valor añadido, como es el caso, generan flujos turísticos por sí, son una fuente de desarrollo económico y de empleo en sus entornos. Es bueno apostar por ellos.

-¿Le parece viable?

-En realidad, estos proyectos son inversiones, como puede ser una autovía, un puente o un hospital, que a medio y largo plazo suelen dar rendimiento durante decenios o siglos. En su época, probablemente el Museo del Prado pareciese algo descabellado y, en cambio, hoy nadie duda de la enorme rentabilidad que genera para Madrid y España.

-¿Y qué aportará su departamento a esa «inversión»?

-Pues tendremos que analizar en qué consistiría esa aportación exactamente, cuáles son las mayores necesidades del proyecto y también en qué medida disponemos de capacidad económica para ello, en un año en el que hemos sufrido ya un importante recorte presupuestario. Hoy debemos priorizar las inversiones comprometidas, no nuevas.

-¿Por qué su ministerio no forma parte del patronato de la Ciudad de la Cultura de Galicia y sí del de la asturiana?

-La verdad, no sé cómo se gestó la creación de la Laboral en Asturias, que es un proyecto muy singular. En el caso de la gallega, mis conversaciones con el consejero [Roberto Varela] siempre se han desarrollado en términos muy constructivos, pero todavía no hemos explorado fórmulas concretas. La Xunta no nos ha planteado una propuesta cerrada para formalizar la relación. En todo caso, yo apuesto por lo realista, lo sostenible, y no me gusta hacer promesas que luego no pueda cumplir.

-Lo que no se cumplió fue el compromiso de su antecesor de organizar aquí una reunión de ministros de la UE?

-Sinceramente, cuando llegué al ministerio, esa reunión no estaba programada, no había convocatoria oficial. Además, Galicia ha tenido ya una de ministros europeos de Transporte y tendrá otra de los de Pesca. Una sola comunidad no puede concentrar más cumbres. Hay que buscar un equilibrio territorial.

-Donde alega «equilibrio» otros ven castigo a Galicia.

-De eso nada. Quizás sería un castigo a Madrid que, siendo yo madrileña, no haya llevado allí la reunión de ministros de Cultura, ¿no? Pero esto nadie me lo reprocha en mi ciudad.

-En su relación con Galicia, ¿le supone un lastre que su predecesor fuese coruñés?

-No, qué va. Aunque, sí, es verdad que sustituir a un ministro, que además fue un gran ministro, que batalló por la cultura gallega y la defendió a capa y espada, es una sombra importante.

-Dice que fue grande. ¿Le sorprendió su destitución, pues?

-Sí, me sorprendió. Yo no me la esperaba, la verdad.