Umberto Eco afirma que «vivimos rodeados de falsificaciones»

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID/LA VOZ.

CULTURA

Presentó «El cementerio de Praga», que aborda el antisemitismo a través del personaje «más odioso» de la literatura

14 dic 2010 . Actualizado a las 03:10 h.

Resfriado pero en plena forma, lúcido, irónico, más pesimista según pasan los años -ya tiene 78- según su propia confesión, derrochando erudición, muy crítico con Berlusconi y el Vaticano, Umberto Eco presentó ayer en Madrid El cementerio de Praga (Lumen). Una novela que publica 30 años después de la mítica El nombre de la rosa, y en la que aborda, entre otros temas, el antisemitismo, la creación del enemigo y la falsificación, en especial de los tristemente famosos Protocolos de los sabios de Sión (1903), «uno de los documentos más odiosos de la historia reciente», el virulento panfleto que sirvió para justificar los pogromos de la Rusia zarista e inspiró el feroz odio a los judíos de Hitler, que culminó en el Holocausto. Un asunto que, según aseguró, lo fascina desde hace 30 años, al que dedicó un capítulo de El péndulo de Foucault y varios textos ensayísticos.

Para contar su historia, ha creado «el personaje más antipático de la historia de la literatura», el cínico y amoral capitán Simone Simonini, un piamontés misógino y sin escrúpulos, capaz de muñir todo tipo de intrigas, y, por encima de todo, visceralmente antisemita. Por el libro transitan también personajes reales como Sigmundo Freud, suministrador de cocaína; Dreyfus, oficial francés condenado por ser judío; Ippolito Nievo, el patriota italiano, o Garibaldi

De Constantino a Irak

«La historia de la humanidad está profundamente influenciada por las falsificaciones», señaló Eco. Así, se refirió a la donación de Constantino, que se demostró falsa y que «aún dominan las relaciones entre el Estado y la Iglesia», los relatos de viajes de Marco Polo, que han inspirado las exploraciones por África y Asia, hasta llegar a la guerra de Irak, basada en argumentos falsos fabricados por la CIA. «Nuestra historia, ayer y hoy, está dominada por falsedades», sentenció. «Vivimos rodeados por falsificaciones, de los Gobiernos, de los servicios secretos...», añadió.

Acogida de los lectores

Eco confesó que tenía serias dudas sobre cómo iban a acoger los lectores esta obra, que se sitúa a caballo entre la novela histórica y el folletín del siglo XIX, y que está protagonizada por un personaje tan despreciable. Pero, irónicamente, recordó que en El nombre de la rosa ya les hizo leer frases en latín y en Baudolino les dio diez páginas en un lenguaje inventado. Es decir, que sus seguidores ya están acostumbrados a «este tipo de torturas».