Habló Ana María Matute de su descubrimiento del dolor, del odio y la muerte con toda su crudeza en los atroces bombardeos de la Guerra Civil que «curaron» su tartamudez. Un conflicto que vivió con once años al lado de una generación de «niños asombrados» que descubrieron como ella que el mundo «se había vuelto del revés». Pero también de la felicidad, una palabra a la que no se debe temer. Evocó el descaro adolescente que le permitió culminar su primera novela -«manuscrita con 17 años en un cuaderno cuadriculado con tapas de hule negro»- y como con 19 años y «aún con calcetines» se la llevó a Ignacio Agustí, entonces editor de Destino.
Por su parte, el Rey le agradeció el «regalo» de su universo imaginativo, mientras que la ministra de Cultura la calificó como una mujer «valiente e intrépida».