Un documental que se estrenará en 2012 echa por tierra la apariencia triste y solitaria del artista.
30 oct 2011 . Actualizado a las 20:23 h.Ni triste ni solitario. Antonio Vega (1957-2009), líder de Nacha Pop y uno de los músicos de referencia de la 'Movida madrileña', en nada se parecía a cómo le pintaba la prensa musical de los años 80 y 90. Era un hombre alegre, vital y vivió buena parte de su existencia rodeado de amigos.
Un disco recopilatorio, 'Ese chico triste y solitario', el homenaje que en 1993, coincidiendo con su debut en solitario le tributaron Gabinete Caligari, Alaska, Los Secretos, Rosendo, Ketama, Tam Tam Go o Aviador Dro, fue el responsable de que tuviera esa apariencia atormentada.
«La culpa la tuvo ese recopilatorio», afirma su hermano Carlos Vega. «El título le disgustaba mucho porque se puso al margen de su autorización y de su voluntad», añade. Y a partir de ahí, entiende, se habló de su tristeza.«Fabricaron una imagen comercial sin su consentimiento», añade.
Además, los medios explotaron su faceta salvaje, el célebre tridente sexo, drogas y rock and roll. «Puro morbo. Era muy goloso y fácil caer en el lado oscuro y más aún con un personaje que hablaba abiertamente de las drogas que tomaba», apunta la periodista Paloma Concejero, que ultima un documental sobre la vida del autor de 'La chica de ayer', que espera estrenar en mayo de 2012, coincidiendo con el tercer aniversario de la muerte del artista de Majadahonda (Madrid). «Odiaba el sambenito de triste y solitario, pero se lo llevó a la tumba», añade Concejero, que esta semana ha presentado el 'making off' de 'Antonio Vega. Tu voz entre otras mil', en el marco del Festival de documentales musicales In-Edit de Barcelona. «Lo llevaba mal, aunque trataba de no darle mayor importancia. Lo peor era para los de la familia, que no entendíamos lo que se decía de él porque no se correspondía con lo que él era», dice Carlos.
¿Y cómo era realmente? Había dos personajes, el artístico y el personal, según la realizadora. Él habla de ello en sus canciones, añade. Y pone un ejemplo. En 'Anatomía de una ola' dice: «Una misma ola rompe en dos orillas, el personaje y la persona». «A veces se fundían, pero la persona siempre ganaba al personaje», cita Concejero, que ha echado mano de grabaciones familiares y de conversaciones de Vega con Bosco Ussía para confeccionar una imagen inédita del músico madrileño que cree que sorprenderá. «Él decía, apostilla la directora, 'quiero que me vean en el escenario como en la barra de un bar o andando por la calle». «No vivía de cara a la galería», relata.
En el documental descubren su faceta de inventor, artesano, de niño absolutamente vital, fascinado por el mar y gran nadador, incluso una vez rescató a una niña en la playa antes de morir ahogada. Era deportista, subcampeón de España de salto de longitud junior, jugó a rugby siete años y le encantaban los coches y las motos. Y sobre todo rompía el tópico de tipo solitario. «Era todo lo contrario», afirma la directora. En el filme cuenta una anécdota de su mujer, que narra que nunca vivió sola con Antonio porque en la casa siempre había mucha gente. «Era súper divertido», asegura Concejero. «Un personaje muy rico; no sé si le mitificaremos (en los foros de Internet ya hay críticas por ello), pero va a sorprender frente al estereotipo de autodestructivo», añade. Y es que con las desgracias que tuvo en la familia, con muchas pérdidas, era hasta demasiado optimista y enérgico para mirar adelante, sostiene la realizadora. «Tenía muy buen humor, le gustaba reírse y buscaba los amigos según su sentido del humor», remata. Su hermano destaca su autenticidad. «Era una persona excepcional, muy familiar y protector». «Era muy activo, comprometido y animado», resalta.
Con el documental «tratamos de echar por la borda el maniqueísmo de la catástrofe, la leyenda más o menos atormentada que rodea a Vega», con la intención de desvelar los aspectos menos conocidos de su personalidad, resume la autora de la película. Para ello, no solo ha contado con la complicidad de la familia, sino también con la de sus familias de adopción: sus músicos, y aquellos que le dieron cobijo y posada en algún momento de su vida.
«Es importante mantener viva su imagen, acabar de dibujar el personaje que además lo engrandece y lo hace más humano», dice su hermano, que destaca la complicidad que mantenía Antonio con su madre. «Compartían el mismo lenguaje y sensibilidad. Eran almas gemelas», recuerda con cariño. «Conseguía información de su hijo a través de las canciones. No le contaba mucho, pero la mujer era capaz de saber qué le pasaba y qué le preocupaba con solo oír sus canciones», apostilla la directora del filme. «Antonio ocupa un lugar muy grande. No sé si merece medallas, pero aún puede llegar a mucha gente», concluye Concejero.
Antonio Vega formó en 1978 junto a su primo Nacho García Vega, Carlos Brooking y el batería Ñete el grupo Nacha Pop. En 2009 murió víctima de un cáncer de pulmón.