Barcelona, vista a través del caleidoscopio

La Voz

CULTURA

17 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

«Dicen que en mis libros siempre llueve y que en Barcelona nunca llueve, bueno, pues aquí tienen la lluvia de Barcelona», bromea Ruiz Zafón ante el muy barcelonés aguacero de noviembre que recibe a los 300 invitados que se dan cita en una capilla de los Ángeles en penumbra para asistir a la presentación de su mediática novela. Solo la tarima está iluminada para la cuidada puesta en escena de su charla con la periodista Gemma Nierga. Suena de fondo la partitura que el propio Zafón compone como «banda sonora» de cada uno de sus libros. «Cuando estoy trabajando, me acerco al piano y voy creando estas miniaturas musicales que me ayudan a construir la atmósfera de la novela», aclara el autor.

Durante una hora, con tono didáctico y exquisita profesionalidad, Zafón aguanta el diluvio de flashes y preguntas. Desvela que En el prisionero del cielo hay más humor que en El juego del ángel, obra más oscura y cruda que invita a releer después de esta nueva entrega. «Yo sabía que El juego del ángel iba a enfadar a algunos lectores, pero ahora verán cómo todo va encajando», apunta. «Es un caleidoscopio de historias que solo se explicará del todo cuando lo culmine», relata Ruiz Zafón.

Barcelona es, de nuevo, escenario y protagonista de su narrativa: «Yo no retrato la Barcelona real que está ahí fuera, en la calle. La mía es una Barcelona estilizada. En realidad es un personaje más de la novela. Yo escribo un papel y Barcelona lo interpreta en el escenario, como esa gran hechicera que es, según decía Joan Maragall». Esa Barcelona de Zafón ya tiene hasta una guía escrita por Sergi Doria.