El actor ejerce, en «La conspiración», de la abodado de la mujer que en su día fue acusada de conspirar en el asesinato del presidente Abraham Lincoln.
02 dic 2011 . Actualizado a las 12:22 h.Robert Redford vuelve a indagar en la política estadounidense. Y regresa con La conspiración, donde cuenta la historia de una desconocida: Mary Surrat, que en su día fue acusada de conspirar en el asesinato del presidente Abraham Lincoln. El abogado encargado de defender a Mary Surrat fue Frederick Aiken, a quien da vida el actor escocés James McAvoy, que despuntó en el cine con títulos como Wanted o X-Men: Primera Generación. El intérprete escocés reconoce que mantiene una relación de amor-odio con la industria de Hollywood.
-Esta película cuenta una parte de la historia de Estados Unidos que nadie conoce. ¿Qué lección aprendió?
-Soy escocés y no tenía ni idea. Sabía que Lincoln había sido asesinado y poco más. Este filme me permitió investigar un período de la historia que desconocía. No soy un fanático de la historia, pero me parece que les debo el compromiso a los personajes que represento.
-¿Hay paralelismos entre la historia de la película y la actualidad?
- Es imposible no ver los paralelismos. Aparte de esta visión, creo que la historia debía ser contada. Yo no hablé con Redford sobre esto porque eso forma parte de su libertad creativa como artista. Yo me dediqué a interpretar mi personaje de la mejor forma posible.
-¿Existe alguna diferencia entre un realizador que es actor y otro que no lo es?
-Todos los directores son distintos. Robert Redford no se parece a nadie. El hecho de que sea actor no cambia su forma de dirigir. Es un artista que tiene mucho respeto por los actores. Yo he trabajado con un par de directores que están enamorados de los actores y otros que no tienen ni idea de cómo hablar con ellos. Robert Redford es un artista excepcional, que tiene muy claro cómo quiere hacer su trabajo.
-Ha interpretado todo tipo de géneros. ¿Dónde se encuentra más a gusto?
-La verdad, no sé si siento preferencia por alguno. La ciencia ficción desde luego es el más difícil. En la televisión, interpreté una serie llamada Chilldren of June, que era de este género. Todos los protagonistas se tomaban a sí mismos demasiado en serio. Es difícil comprometerse como actor con algo en lo que no crees. De las películas que he interpretado, Expiación fue la más complicada.
-A pesar de trabajar con estudios norteamericanos, usted sigue viviendo en el Reino Unido.
-No tengo muchos amigos en Hollywood, mi vida está en Londres y en Escocia. Ha pasado una década desde que dejé la Escuela de Arte Dramático y, si sumo todo mi trabajo, habré pasado un mes en Estados Unidos trabajando. La mayoría de los rodajes se realizan en Canadá, Europa o Australia. No es necesaria la mudanza.
-¿Cómo se siente cuando lo califican como un nuevo icono sexual?
-No me siento así de ninguna manera y paso de que alguien pueda considerarme un símbolo erótico. No me levanto por la mañana pensando «¡Qué sexi estoy hoy!» o algo por el estilo. Además, nunca hasta ahora me he encontrado con nadie que me trate como si yo fuera un sex symbol.
James McAvoy actor, protagonista de «la conspiración»