Afirma Guy Moshe que su película es «algo parecido al Circo del Sol», una mezcolanza de temas y una propuesta visual realmente singular, aunque la crítica internacional haya rebajado el nivel de entusiasmo de Moshe a la mitad? Bunraku hace honor al nombre de un espectáculo tradicional japonés de marionetas en el que los actores salen vestidos de negro y manejando a sus muñecos mientras otro actor da voz a los personajes y comenta la acción, sin que falte la música.
Moshe, que debutó en el 2006 con la también original Holly, recrea su propio guion con la clara voluntad de sacar a relucir sus fetiches culturales y cinematográficos en un popurrí que al parecer intenta adelantar la estética del futuro en cuanto al uso (y abuso) de las texturas digitales. Con el trasfondo temático de un wéstern, la trama arranca con un tipo extraño y un atípico samuray japonés, que llegan a una ciudad del futuro en la que un malencarado criminal impone su ley. Ambos les plantarán cara con la ayuda del dueño del Saloon y rival del matón.
Tampoco falta la típica mujer fatal con el físico de Demi Moore (cuando todavía formaba pareja con Harnett). En el reparto aparece el español Jordi Mollá. Entretenimiento a palo seco.