Después de trabajar con una estrella del porno, el último filme del estadounidense está protagonizado por una estrella de las artes marciales mixtas
30 ene 2012 . Actualizado a las 21:45 h.Una aguerrida buscadora de fortunas contratada por una empresa al servicio del gobierno de Estados Unidos trata de escapar de una trampa tendida por otros espías en Dublin. De esta forma arranca el tobogán de acción de Indomable, la película de Steven Soderbergh con fecha de estreno en España para el 2 de marzo, algo así como el particular estudio del cineasta estadounidense sobre el cine de acción y los thriller de espionaje. En el empeño reciente de Hollywood de buscar su particular James Bond femenina (Angelina Jolie en Salt, por ejemplo), Soderbergh da una vuelta de tuerca: su actriz protagonista no es una cualquiera, aunque su nombre no le suene al cinéfilo.
Gina Carano es la excusa de esta película. Debuta en el cine de la mano de uno de los directores más prolíficos y prestigiosos. Su anterior ocupación: ser una rutilante estrella de la MMA, un torneo de lo que se da en llamar artes marciales mixtas, la versión más real y violenta de la lucha libre. Indomable, que algunos críticos han definido como un puro ejercicio de estilo, tiene en su rol principal a una mujer que no necesita actuar para representar las escenas de acción. «No quiero convertirme en otra de esos atletas que se vuelven unos actores cutres. Soderbergh me dijo que haría un personaje que se pareciese mucho a mí para que no me fuese difícil meterme en él, pero no fue así: Mallory no sonríe ni una vez en pantalla», declaró Carano en la presentación del filme en diciembre del año pasado.
Efectivamente, Mallory no sonríe, pero rompe algún brazo, salta, corre y suda mucho. Carano comparte cartel con nombres gordos, todos ellos masculinos (es la única mujer en la película). Por Indomable desfilan Michael Fassbender, Ewan McGregor, Michael Douglas y Antonio Banderas. Pero el filme es por y para Carano. La prolífica obra de Soderbegh, con 12 películas en 10 años, tiende a dividirse en dos partes: los productos destinados a triunfar en taquilla y en festivales (la saga Ocean Eleven, Che, Contagio), y en particulares ejercicios de estilo, muchas veces rodados en formato digital. Así fueron Bubble (2006), And everything is going fine (2010) y, sobre todo, The girilfriend experience, el nexo más cercano con la esencia detrás de Haywire. Esa pequeña cinta del año 2009 estuvo protagonizada por otra profesional de otro ámbito. Sasha Grey, una de las estrellas más grandes de la industria del porno, aparecía en el 99 % del metraje en una película sobre una prostituta de lujo que ofrece a sus clientes contratar la experiencia de tener una novia.
Carano toma el relevo de Grey en otro ensayo visual de Soderbergh, que en vez de reflexionar sobre las relaciones personales y las necesidades del individuo en un ambiente como el de Nueva York, busca en Indomable algo de esencia detrás de las películas de acción antes reservadas a actores como Stallone o Schwarzenneger. O incluso a exdeportistas como The Rock, el tipo de referencias de las que Carano espera alejarse tras trabajar con alguien tan cool como Soderbergh.