No hace ni un año de su concierto en la sala Le Club presentando La joven dolores (2011) y Christina Rosenvinge vuelve a los escenarios de A Coruña. En esta ocasión lo hace dentro de un contexto muy especial: los actos de inauguración del centro sociocultural Ágora, que hoy se estrena con una jornada de puertas abiertas. La actuación de Rosenvinge, acompañada de Refree, será a las 20.30 horas con entrada libre.
-Viene a presentar una caja recopilatoria, lo que sugiere un fin de etapa. ¿Es así?
-En realidad, no. Fue una propuesta de Warner, que no tenía pensada. Ellos insistieron en que era el momento de hacerlo y vi que, si iba a ir adelante, quería implicarme, rescatar material, editar fotos y que fuese algo muy personal.
-Desde el título, sugiere que la suya es una carrera muy singular. ¿Ha tenido algún modelo a seguir?
-Hubo muchos. Al principio me gustaba más Françoise Hardy y todas esas cantantes pop de los sesenta, que me tiraban un montón. Luego, he ido más a modelos más masculinos, de canción de autor pura y dura, como Leonard Cohen. Pero, en realidad, una cosa no está tan lejos de la otra. Al principio hacía canciones más pop y amables y luego ha ido evolucionando hacia algo más intenso. Creo que es un recorrido lógico.
-¿Recupera ahora parte de estos temas antiguos en directo?
-Sí, estoy tocando canciones de la época de Los Subterráneos, e incluso alguna en inglés, aunque eso es más raro.
-Ha revisado algún tema de Los Subterráneos. Sin embargo, los de Álex y Christina los recoge tal cual, pese a tener ese sonido tan exageradamente ochentero. ¿Por qué?
-Quería hacer algo especial y regrabé dos temas, junto a algunas versiones como la de Refree y Halllelujah de Leonard Cohen. La verdad es que regrabar los temas de Álex y Christina era algo que no me apetecía.
-Se lo pregunto porque el sonido de esas canciones ha envejecido muy bien. ¿No le suenan actuales?
-Eso es verdad, las canciones de Álex y Christina tienen, para mí, un elemento kitsch que también me hace gracia. Una cosa es regrabar Tú por mí, que es un tema de rock que puede tener más peso y que yo sabía que podía mejorar un montón. Otra es volver a una canción en que parte del encanto radica precisamente en cómo se grabó. Si se tratase como una canción seria, creo que perdería [risas].
-¿«Hago chas y aparezco a tu lado» todavía genera derechos de autor?
-Sí, sale en las liquidaciones de derechos de autor, por lo que sigue sonando por ahí. Lo que pasa es que es algo insignificante, no te pienses que se puede vivir de ello. Yo lo he oído a veces de algunos artistas, pero en mi caso eso de vivir de los derechos de una canción la verdad es que no lo he visto [risas].
-Su música y su imagen transmiten melancolía, pero en el subtexto hay bastante ironía. ¿La usa con doble intención? -La ironía se puede usar como arma, pero no creo que la emplee mucho en mis canciones. Mis temas, generalmente, son muy emocionales y muy directos.
-Bueno, me vienen a la mente cosas como «No lloro por ti» o sus diálogos con Nacho Vegas.
-A veces sí y a veces no. En el disco con Nacho escribí Ayer te vi, que era un tema muy duro y directo. Todo depende.