La mirada aguda de Julio Camba resucita medio siglo después

Luís Pousa Rodríguez
luís pousa REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Reediciones de sus obras conmemoran el 50.º aniversario de su muerte

27 feb 2012 . Actualizado a las 17:42 h.

En octubre de 1929 se desplomaba la economía mundial (algo que empieza a ser ya un hábito). Occidente también se asomaba al abismo. Los banqueros saldaban entonces su honra saltando desde los altos ventanales de Wall Street. Y, a pie de calle, dos de los mayores talentos de la literatura española del siglo XX (y de todos los demás siglos) estaban allí para contarlo: Federico García Lorca (Fuente Vaqueros, 1898-Víznar, 1936) y Julio Camba (Vilanova de Arousa, 1884-Madrid, 1962). Sumergida de nuevo en otro crac, Nueva York, la «ciudad automática» que retrató con agudeza en sus columnas, se suma, con un acto que tendrá lugar el próximo 1 de marzo en el Instituto Cervantes, al homenaje a Julio Camba en el 50.º aniversario de su muerte. Manuel Vicent y Elvira Lindo mantendrán una charla sobre periodismo y literatura en un tributo que, bajo el título Un gallego en Nueva York, rematará con una degustación de algunos de los platos favoritos del autor de La casa de Lúculo.

En un columnista entregado como pocos al cultivo de la paradoja -suyas son frases como «Suiza es lo más yanqui del mundo»- no sorprende demasiado que el primer gran homenaje por su aniversario se haya programado en Manhattan, a miles de millas de Galicia.

Mañana martes se cumplirá, en fin, medio siglo desde que el gran estilista del periodismo español se apagó definitivamente en la misma habitación del Hotel Palace de Madrid en la que vivió durante los últimos doce años de su existencia.

No fue casual que eligiera un hotel para vivir. Vivió viajando. Y así escribió, a salto de mata, cuartilla a cuartilla, convertido en una «fábrica de artículos», según su autorretrato.

Más allá del calendario de homenajes y festejos oficiales, el tributo genuino lo protagonizarán sus lectores. La conmemoración ha servido ya, que no es poco, para que se reediten algunos de sus títulos más emblemáticos. El sello Reino de Cordelia aprovecha el aniversario para recuperar Playas, ciudades y montañas (1916). Un tesoro de tres piezas: Galicia (playas), París (ciudades) y Suiza (montañas), donde descubre que en Suiza no hay suizos y que en la Illa de Arousa, por aquel entonces sin puente que la enlazase al continente, se vivía «en una deliciosa y paradisíaca anarquía».

La editorial Pepitas de Calabaza también rescata su antología personal Mis páginas mejores (1956) y anuncia la próxima publicación de El Rebelde. Los escritos de la Anarquía.