«Me veo dirigiendo a largo plazo»

La Voz COLPISA | SARA BRITO

CULTURA

Luisa Gavasa y Leticia Dolera, la directora Paula Ortiz y Maribel Verdú, durante la presentación de la película «De tu ventana a la mía»
Luisa Gavasa y Leticia Dolera, la directora Paula Ortiz y Maribel Verdú, durante la presentación de la película «De tu ventana a la mía» FERNANDO ALVARADO

La actriz presentará este año tres estrenos atípicos: «De tu ventana a la mía» -hoy, en Madrid-, «Felices 140» y «Blancanieves», una película muda y en blanco y negro dirigida por Pablo Berger

06 mar 2012 . Actualizado a las 20:40 h.

Maribel Verdú no para de jugar. «Coppola me lo decía: 'No olvides que en inglés play significa jugar y actuar'», recuerda la actriz en plena promoción de la película De tu ventana a la mía, uno de los tres estrenos que presentará este año. Paula Ortiz plantea en este trabajo la historia de tres mujeres que, en tres épocas diferentes, luchan contra la adversidad desde sus ventanas. Hasta que las tres (una en los años 20, otra en los 40 en las Bardenas Reales y la última en 1975 en la ciudad) tendrán que luchar contra la ausencia y el dolor.

«Y para mí lo mejor de ser actriz es que me permite jugar, pasar por distintos personajes, pasarlo bien para hacerlo pasar bien al público», sostiene. A estas alturas del juego -debutó allá por 1985 cuando Vicente Aranda le dio su primera oportunidad a los 13 años en la serie La huella del crimen de TVE- lo que se permite Maribel Verdú es el juego de riesgo. «El riesgo es lo que más me puede gustar del mundo. Es una suerte enorme la que tengo de estrenar en un mismo año tres películas que nada tienen que ver, dos óperas primas (De tu ventana a la mía y Fin) y en el medio Pablo Berger con esa Blancanieves muda y en blanco y negro, que va a ser una sorpresa. Además hago de mala malísima, que es algo que no estoy acostumbrada a hacer. De hecho creo que es la segunda que hago en mi vida», adelanta la actriz, que considera que el éxito de The Artist va a jugar a favor de la Blancanieves española.

Aún recuerda cuando en pleno rodaje de la versión del cuento en la plaza de toros de Aranjuez se enteraron del revuelo que estaba causando en Cannes una película muda francesa que homenajeaba a los inicios del cine en Hollywood. «Al principio fue un bajón», admite Verdú. «Pablo lleva con el proyecto nueve años y yo llevo cinco involucrada en esta Blancanieves. Nos han quitado la sorpresa, pensamos entonces. Ahora pasado el tiempo, y sabiendo el éxito que ha tenido The Artist, estamos animados: hay público para este tipo de cine diferente», reflexiona.

Antes de que se estrene Blancanieves -Cannes podría estar interesado en repetir suerte con otro proyecto que homenajea al cine mudo-, Maribel Verdú volverá a ponerse en las manos de su directora fetiche, su amiga Gracia Querejeta, cuyo anterior filme, Siete mesas de billar francés, le valió a Verdú su primer Goya. Será en abril cuando se ponga bajo la piel de una aspirante a actriz con muy poca suerte, y madre del protagonista de Felices 140. «Trabajar con Gracia es el mejor regalo. Me conoce muy bien y escribe los mejores guiones». Pero más allá del cine, la actriz está preocupada por el impacto que tendrá la crisis en la cultura. «No solo me preocupa el cine, sino la cultura en general, porque es esencial para las personas, para su educación y formación», asume.

El teatro -ahora está sobre las tablas con El tipo de la tumba de al lado, dirigida por Josep Maria Pou- y el cine menos convencional ocupan ahora la atención de Maribel Verdú. Y también una idea a largo plazo que le ronda la cabeza: dirigir. «No creo que dirija nunca», dice al inicio, indecisa. «Bueno, quizás sí, la experiencia la tengo, pero es algo que me veo haciendo a largo plazo, cuando encuentre una historia que me apasione», admite. De momento, a seguir jugando.