No hubo aplausos, pero tampoco abucheos para la película de Baz Luhrman y Leo DiCaprio
15 may 2013 . Actualizado a las 19:05 h.La melancolía no se capta con algo de 3D y un poco de hip hop. Sin embargo el director australiano Baz Luhrman lo ha intentado con The Great Gatsby», la película con la que arranca el Festival de Cannes.
Un significativo silencio acogió la primera proyección para la prensa, en la que no hubo aplausos pero tampoco abucheos. Luhrman, que ya inauguró Cannes en 2001 con Moulin Rouge, repite honores ahora con otra obra cumbre de literatura norteamericana, la novela homónima de Francis Scott Fitzgerald, que es la segunda película en 3D que se proyecta en la sección oficial de Cannes.
El escritor jamás podría imaginar que esa novela que escribió entre Nueva York y la localidad francesa de St Raphael, a unos pocos kilómetros de Cannes, y que al principio apenas tuvo éxito, se convertiría más tarde en un clásico de la literatura norteamericana del siglo XX y sería llevado a la pequeña y gran pantalla en cinco ocasiones. «Ese pequeño libro tiene magia», aseguró Luhrman, que contó que descubrió la novela hace hace diez años, cuando estaba viajando en un tren por Siberia y desde entonces supo que lo quería hacer.
Leonardo DiCaprio da vida al protagonista, el millonario Gatsby, y Carey Mulligan, encarna la mujer de sus deseos. Ambos toman el testigo de Robert Redford y Mia Farrow, en la hasta ahora la versión cinematográfica más conocida de la novela, que se rodó en los años 70.
A ellos se suma Tobey Maguire, el amigo de Gatsby (y uno de los mejores amigos de DiCaprio en la vida real), que será el narrador de la historia del millonario, que los felices años 20 tiene todo en la vida menos el amor de la mujer que ama.
Para Dicaprio, que acaba de rodar su quinta colaboración con Martin Scorsese (The Wolf of Wall Street), uno de los aspectos «más potentes» de la novela es «el profundo sentido de la existencia» que revela. Además se mostró fascinado no por «la historia de amor de sus protagonistas, sino por la tragedia» que los envuelve.
Toda la opulencia que se ve en pantalla, las deslumbrantes mansiones, las fantásticas fiestas en 3D, los maravillosos trajes y los litros y litros de champaña (seguramente patrocinados por una conocida marca francesa) tan sólo acentúan aún más el vacío existencial que une al trío protagonista.
Pero las imágenes en tres dimensiones o la espectacular puesta en escena no aportan nada nuevo a la historia, sino que subrayan la apuesta estética del director.
Carey Mulligan (An Education), que está forjando su carrera a base de ser la pasión prohibida de otros: Michael Fassbender en Shame, Ryan Gosling en «Drive», y ahora de DiCaprio en El Gran Gatsby, intervino poco en la rueda de prensa y prácticamente tan sólo señaló que lo que más le inspiró para preparar su personaje fueron las cartas que leyó de la amante de Fitzgerald. «En sus cartas se podía ver cómo hablaba Daisy», aseguró la actriz, una de las más elogiadas de la película por encarnar mejor que Mia Farrow la fragilidad y futilidad que encarna su personaje.
La intérprete británica forma parte además de la competición oficial junto con Justin Timberlake y Oscar Isaac en el nuevo trabajo de los hermanos Coen, Inside Llewyn Davis.
Dicaprio, que ya trabajó con Luhrman hace 20 años con otro clásico de la literatura (William Shakespeare's Romeo + Juliet), señaló que el inquieto director australiano, que también ha puesto en escena varias óperas, siempre elige historias muy arriesgadas, está muy atento para que no «se pierda la esencia del drama». Luhrman «inspira para soñar a lo grande».
En su personal apuesta, Luhrman envuelve además esta historia de los felices años 20 con sonidos contemporáneos y constantes guiños a la música de la época. Y aunque los ritmos hip-hop o las insinuaciones raperas distraigan de la historia, Luhrman confecciona una banda sonora espectacular, para ser escuchada en cualquier ocasión, pero no obligatoriamente en una sala de cine. El director explicó que el propio Fitzgerald en su novela hace constantes alusiones a una música popular que entonces no era bien vista, el jazz, y por ello quiso trabajar con un ritmo que no siempre ha sido apreciado: el hip-hop.
El director ficha a algunos de los artistas más relevantes del momento como el rapero y productor de éxito will.i.am o el empresario, cantante y también productor Shawn Jay Z Carter, que junto a su esposa Beyoncé, que versiona el tema Back to Black de la fallecida Amy Winehouse, forman una de las parejas más importantes del panorama musical estadounidense.
Y si los fastos de El Gran Gatsby no parece que hayan convencido en Cannes, sí cautivaron a la nieta del escritor, quien según contó hoy Luhrman acudió al estreno de la cinta en Estados Unidos y le dijo: «mi abuelo estaría orgulloso».
La espectacularidad de The Great Gatsby da paso a diez días de cine en los que se mostrarán las 20 películas a concurso y la primera en proyectarse será Heli, del mexicano Amat Escalante. El jurado presidido por Steven Spielberg será el encargado de seleccionar a la que se llevará la Palma de Oro, uno de los galardones más prestigiosos en el mundo del cine y que el propio director estadounidense no tiene.