
Forman parte de la exposición «Transformación», en el CGAC
19 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Las patatas de Coristanco dominan la planta baja del Centro Galego de Arte Contemporánea. Están sobre mesas blancas, conectadas a cables que dan fe de su energía y de la admiración que el artista argentino Víctor Grippo sentía por la ciencia y por los experimentos. Forman parte de obras en las que se comprueba, como en la experimentación, que nada se detiene y que todo está en Transformación, como asegura el título da la exposición del CGAC, la primera retrospectiva de este artista fallecido hace poco más de una década.
La comisaria de la muestra, Alicia Chillida, explicó cómo el propósito de Grippo era «aplicar al arte algunos modelos de la ciencia para demostrar que en la vida y en la naturaleza todo está transformándose constantemente».
Para la viuda del artista argentino esta primera retrospectiva española de Grippo «se encuentra en Santiago y en el CGAC con el espacio ideal para la obra». Nidia Olmos apuntó que la piedra de Santiago se sumaba «a la obra de Víctor como un elemento más». Explicó que la trayectoria del artista tiene «un intenso carácter humanista en el que no hay que olvidar el carácter político, pero no partidario, de toda su obra».