La apertura de la sala dedicada a la colección donada porla familia Várez Fisa transforma la pinacoteca
16 dic 2013 . Actualizado a las 23:35 h.El Museo del Prado exhibe ya en una sala monográfica las doce obras del arte medieval y renacentista español donadas en enero de este año por la familia Várez Fisa, constituyendo «un deslumbrante resumen de este periodo fundacional del arte peninsular», según ha explicado este lunes a los medios el director del Museo, Miguel Zugaza.
En la sala, ubicada en el edificio Villanueva dentro del recorrido sobre la pintura española del Románico al Renacimiento, se exponen además otras cuatro piezas cedidas en depósito a largo plazo por la propia familia, así como el Retablo de San Cristóbal (donado también por la familia en 1970) y la tabla San Andrés negándose a adorar al ídolo de Lluís Borrassà, adquirida por el Estado.
La sala tiene en su techo un impresionante artesonado procedente de la iglesia Santa Marina de Valencia de Don Juan (León), es una pieza singular de 11 x 6 metros, fechada hacia el año 1400, en el que aparecen escenas paganas y religiosas de enorme riqueza iconográfica. Su instalación en la sala ha supuesto una de las operaciones más complejas desde el punto de vista museístico, ha confesado Zugaza.
Entre las obras destaca la Virgen de Tobed (1359-1362), atribuida a Jaume Serra, un ejemplo excepcional de pintura italo-gótica catalana. En la parte inferior del cuadro se puede ver Enrique de Trastámara, su mujer y sus hijos, en lo que suponía un caso insólito de propaganda política. Enrique de Trastámara aparece con la corona antes de convertirse en Enrique II, manifestando de este modo su derecho al trono.
Los dos frontales donados -el de Sollalong (Ripoll) del Maestro de Lluça y el de Arnedillo (La Rioja)- son de mayor calidad que el frontal de Guils que actualmente guarda el Museo. Por su parte, la pintura mural de Sant Esteve de Andorra suma a los ejemplos castellanos de Maderuelo y San Baudelio de Berlanga de Duero una muestra del románico pirenaico, inexistente en el Prado.
El retablo del Maestro de Torralba, uno de los artistas del gótico internacional activos en Aragón a principios del siglo XV, tiene un gran valor, además de encontrarse prácticamente completo y en buen estado de conservación.
La pintura hispanoflamenca también se fortalece con la incorporación del San Antonio abad de Joan Reixach, que completa la representación del arte hispanoflamenco valenciano al sumarse al Tríptico con pasajes de la vida de Cristo de Louis Alincbrot, maestro brujense afincado en Valencia. El hispanoflamenco consolida asimismo su importancia con la tabla de Diego de la Cruz, que aporta un ejemplo tardío de uno de los pintores castellanos más relevantes.
La pintura de los inicios del renacimiento se enriquece con las dos tablas de Pedro Berruguete de los Padres de la Iglesia, que se suman a las que ya poseía el Prado, quedando magníficamente representada una faceta muy significativa de la obra del pintor evocadora de su estancia en Urbino, ausente hasta el momento en el Museo.
La escultura refuerza su presencia con las dos obras que se incorporan. El Retablo de San Juan Bautista, de los inicios del gótico, debe valorarse por su rareza y su buen estado de conservación. La Virgen entronizada con el Niño, atribuida a Gil de Siloe, prácticamente idéntica a la que se conserva en la cartuja de Miraflores, es otra contribución importante, al ser Siloe uno de los artífices más destacados de la escultura europea del siglo XV.
Enorme generosidad de la familiaENORME GENEROSIDAD DE LA FAMILIA
Zugaza ha destacado que es la donación más relevante desde la de Francisco Cambó en 1941, valorada en unos 25 millones de euros en términos de donación (no en valor de mercado), que será inaugurada este martes por la Reina Doña Sofía.
El director del museo ha agradecido la donación del matrimonio José Luis Várez Fisa y María Milagros Benegas Mendía y de sus hijos, de quienes ha destacado su generosidad, discreción y amor al arte y a España, que quedan «entrelazados permanentemente en esta sala». José Luis Várez Fisa (Barcelona, 1928) además de ingeniero y empresario, es uno de los coleccionistas españoles más relevantes.