Las grandes estrellas pop femeninas cosecharon en el 2013 críticas mediocres y ventas inferiores a los esperado. Hasta que, por sorpresa, llegó el nuevo disco de Beyoncé
07 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Con críticas mediocres y ventas inferiores a lo esperado, en el 2013 las divas pop -de Katy Perry a Lady Gaga, pasando por Britney Spears- perdieron en favor de sus colegas masculinos y de los roqueros el papel hegemónico que en los últimos años habían ostentado. Pero eso puede volver a cambiar con Beyoncé. El pasado diciembre, cuando todo el mundo daba por hecho que el sucesor de 4 (2011) se haría esperar hasta el 2014, Beyoncé volvió al mercado musical a lo grande y por sorpresa con la publicación de un disco homónimo y revolucionario que, sin promoción previa y de venta exclusiva al principio en plataformas digitales, ya lleva tres semanas en el número 1 de EE.UU.
Ese plazo le ha bastado para despachar la friolera de 1,4 millones de copias en todo el mundo, alcanzando el puesto número 24 de los discos más vendidos del 2013, por delante de otras divas que han disfrutado de mucho más tiempo y atención de los medios.
Invirtiendo completamente el orden tradicional de los comandos, inició una gran gira internacional sin un disco nuevo bajo el brazo. Se sabía que grababa un álbum y se conocían muchos nombres de la larga nómina de colaboradores (su marido, Jay-Z, Frank Ocean, Pharrel Williams), productores (Timbaland) y compositores (Justin Timberlake, Sia Furler), pero, en general, un gran secretismo rodeó el proyecto.
El 13 de diciembre dio un inesperado golpe en la mesa al anunciar la publicación inmediata de su quinto disco, un «album-visual» coescrito y codirigido por ella, bajo su producción ejecutiva y compuesto por catorce canciones y diecisiete vídeos, grabados en lugares tan remotos como Nueva York, París o Sídney. Solo los más altos directivos estaban al tanto de toda la operación. Del lanzamiento de Beyonce se enteró hora y media antes el propio Ryan Tedder, autor de XO, uno de los temas más importantes del nuevo disco y motivo de polémica por el uso de un audio previo al accidente del Challenger.