El viveirense David Catá muestra en Madrid su obra, en la que sus manos son el lienzo en el que teje «a los seres tatuados en el alma»
07 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.«Es un diario autobiográfico en el que mi cuerpo es el soporte», dice Catá, unas horas antes de inaugurar en la galería Cero de Madrid la exposición En la piel. La muestra es un compendio de los proyectos a los que ha dado vida desde su estudio en Viveiro, realizados en fotografía, pintura, videoperformance, e incluso escultura. Desde aquel primer retrato hilvanado en su mano y dedicado a su hermano ha realizado 19 más: «Los rostros de quienes van marcando mi vida». La obra comienza «con la primera puntada», y de forma paralela va documentando todo el proceso a través de la fotografía y el vídeo. «Todo ello simboliza el rastro que dejó esa persona en mí, y después, tras cada retrato, sobre la fotografía inicial, despunta esa segunda piel». Su obra sorprende al espectador y no deja indiferente este singular «homenaje al cuerpo, la memoria y el tiempo».
«La piel actúa como un lienzo donde tejer a los seres humanos que llevamos tatuados en el alma», dice la comisaria de la muestra, Carmen Dalmau. Cita además a Paul Valery cuando dice que «la piel es lo más profundo que hay en el alma». Su piel como soporte creador, o el cuerpo de los otros punteado con las efímeras semillas del diente de león, otro de los hilos simbólicos con los que teje su obra Catá. «La vida es como el vuelo del diente de león, y solo seguiremos siendo mientras duremos en el recuerdo de quienes nos han conocido», sentencia Dalmau.
Una web de arte inglesa descubrió hace tiempo la obra de este joven artista multidisciplinar y a partir de ahí las creaciones de David Catá (Viveiro, 1988) se han proyectado por todo el mundo, desde Nueva York a Cuba. Catá es un creador atípico. Cose literalmente sobre la piel de sus manos la memoria de su gente, los amigos, la familia, sus parejas, en un proyecto artístico que nació hace unos años con el nombre de A flor de piel y que será tan eterno como el artista. Por los menos sobre su piel.