
La familia, que en un principio colaboró en la película, se muestra crítica con el resultado final
09 may 2014 . Actualizado a las 21:14 h.Nació con voluntad de ser el documental que reflejara al Antonio Vega real, ese amante de la montaña y la astronomía que se convirtió en una de las voces más emblemáticas del pop español. Pero su estreno, coincidiendo con el quinto aniversario de su muerte, se ha visto ensombrecido por la polémica en torno a su lado más oscuro.
Antonio Vega. Tu voz entre otras mil, cerrará mañana la sección Panorama del festival DocumentaMadrid y llegará a los cines el 16 de mayo, cuatro días después de que un cáncer de pulmón diagnosticado poco antes se llevara al autor de Chica de ayer. Sin embargo, lo que iba a convertirse en un festivo homenaje ha quedado opacado por la reacción de la familia, que se afirma sentirse engañada.
«La película es el retrato de un drogodependiente que tocaba la guitarra y componía, y no la de un gran músico que tenía sus adicciones», lamentaba recientemente su hermano Carlos Vega en declaraciones al diario El País. Y es que la familia, que se había volcado con el proyecto cediendo fotografías personales, videos caseros filmados en superocho y poniéndose por primera vez ante las cámaras, siente que el documental sólo refleja las sombras.
A la periodista Paloma Concejero, que debuta en el cine con este trabajo, las declaraciones de Carlos le causaron sorpresa y tristeza. «Hemos ido de la mano de ellos, les hemos presentado la película y el último visionado les gustó y les emocionó», cuenta. Tras el primer preestreno, con el montaje definitivo, sí les comentaron «esas inseguridades», pero jamás habría imaginado la controversia que se ha desatado.
«No quiero entrar en la polémica. Yo he hecho esta película porque creía que había que hacerla así, no veo nada de traición ni de oscuridad», señala la cineasta, que lleva cinco años sumida en el proyecto. «Yo veo mucha luz, veo que la oscuridad ya estaba derramada por desgracia sobre Antonio y eso es lo que les conté: quiero hacer esta película para que no quede esa imagen de él».
A lo largo de dos horas, Antonio Vega. Tu voz entre otras mil recorre la trayectoria de ese niño inquieto y «tirillas» con un destacado coeficiente intelectual y que escalaba hasta las puertas de su casa. Tenía 14 años cuando dio su primer concierto, guitarra en mano, y su primera canción la compuso durante el servicio militar, sin ser consciente de que años más tarde, Chica de ayer se convertiría en un himno de los 80.
Con Nacha Pop, el grupo que formó junto a su primo Nacho García Vega, llenó estadios con hits emblemáticos como Lucha de gigantes, Atrás o Cada uno su razón. «Iban con aquellas pintas y hacían esa música que me parecía de charanga», cuenta su madre, que no dudó en ponerse peluca, gafas oscuras y unos pantalones viejos para colarse de incógnito en uno de sus conciertos y ver qué era lo que hacía su hijo.
Sin embargo, aquellos felices y extremos años 80 de la «movida madrileña», en medio de la ebullición de la contracultura tras el fin del franquismo, marcaron también su acercamiento a las drogas. La heroína es un lince, siempre al acecho, reconoce Vega en una de las grabaciones que se escuchan en el documental, fruto de las entrevistas que mantuvo con el músico su biógrafo Bosco Ussía (Antonio Vega. Mis cuatro estaciones).
El largometraje muestra duras imágenes del submundo de las drogas y muchas grabaciones de conciertos en las que el cantante aparece muy débil y desmejorado, pero también de cómo se levantó con éxitos como El sitio de mi recreo y testimonios de su ex mujer (Teresa Lloret), de la madre de su fallecida novia y de amigos y compañeros de viaje que revelan el lado más íntimo de este creador incansable y generoso, empeñado a apurar la vida al límite.
«Creo que Antonio es un personaje universal, de lo mejor que tenemos en la música en este país», afirma Concejero, que no oculta su tristeza por los comentarios aparecidos en las redes sociales. Y añade que el documental es en realidad un homenaje a dos Antonios, pues Antonio Casquero, autor junto a Carlos Navarro de las acuarelas que aparecen en el metraje, falleció sin poder verlo terminado. «Que la película hable», pide. «Y que hable la voz de Antonio».