Ofreció un espectáculo coreográfico de pop bailable y con mucha osadía escénica
02 jun 2014 . Actualizado a las 09:31 h.El cantante estadounidense Justin Timberlake cerró hoy ante más de 70.000 espectadores la sexta edición del Rock in Rio Lisboa con un espectáculo coreográfico de pop bailable y mucha osadía escénica.
El concierto señaló un final de fiesta por todo lo alto tras una intensa semana en el Parque Bela Vista, que se inauguró con Robbie Williams, siguió con los míticos Rolling Stones y alternó el rock duro de Linkin Park con el indie orquestal de Arcade Fire.
El bailarín, compositor, actor y ex ídolo juvenil de los 'N Sync tampoco defraudó esta noche e hizo gala en el escenario principal de sus grandes dotes para la convocatoria de masas.
Timberlake apareció vestido de traje negro, zapatillas blancas deportivas y su clásico bombín con clavel rojo enganchado y empezó por rendir tributo a Michael Jackson con canciones como «Shake your body».
Se movió con clase, acompañado de una decena de bailarines y músicos, animó a los asistentes con aplausos, les dejó cantar y emocionó con un registro variado de baladas, soul, funky, blues y ante todo mucho pop.
Muchos de los espectadores eran adolescentes que hicieron colas a primeras horas de la tarde y se entregaron hasta la madrugada con gritos y lágrimas al cantante en su primera actuación en Portugal.
Timberlake desglosó los éxitos de su tercer álbum de estudio «The 20/20 Experience» como «Suit & Tie», el primer sencillo que lanzó en enero de 2013 junto al rapper Jay-Z, y recordó sus inicios en solitario con «Justified» (2002) y «Future Sex/Love Sounds» (2006).
A sus 33 años, el artista de Memphis ha vuelto a los escenarios tras siete de ausencia ocupado de encarrilar una exitosa carrera cinematográfica que le ha llevado a trabajar con David Fincher y Clint Eastwood.
Su paso por el Rock in Rio llega después de una sorprendente vuelta al estudio de grabación que le ha valido una buena acogida del público, además de tres premios Grammy en la última edición.
Antes de Timberlake, la británica Jessie J apareció flamante en el escenario con un vestido blanco corto, plataformas altas y labios pintados de fucsia, y no dejó de bailar y animar al público en una hora y media de concierto.
La cantante repasó su último disco «Alive» con sencillos como «It's my party» y la potente «Sexy Lady», a la que su público se entregó coreando hasta la última letra.
Pero Jessie Ellen Cornish se dejó guiar sobre todo por su álbum debut «Who are you» (2011), mejor recibido por los asistentes, y calentó una noche fría para junio.
La cantante quiso provocar hasta el final, acercándose primero a fervientes jóvenes en primera fila y luego a los guardias de seguridad que la seguían a todas partes impacientes y hasta la llevaron de la mano de vuelta al escenario.
Más tranquila, calmó a sus seguidores con una interpretación de «Wonderwall» de Oasis, sentada y acompañada de una guitarra acústica y coro.
Para la recta final, dejó su referente musical, «Price Tag», la canción con la que se dejó llevar más en el escenario con sensuales posturas, saltos exagerados y vítores dirigidos a su público.
Concierto de rap
La sesión de pop anglosajón vino precedida de un concierto de rap puro a cargo del estadounidense Mac Miller, que presentó su disco «Watching Movies with the Sound Off» e hizo temblar el suelo lisboeta.
El Rock in Rio Lisboa 2014, que volverá a Portugal en 2016, será recordado por la actuación de los Rolling Stones que congregaron el jueves a 90.000 personas.
La próxima edición del festival, que fue cancelado temporalmente en Madrid y Buenos Aires, se celebrará en Las Vegas en mayo de 2015 y servirá de estreno a la organización en tierras estadounidenses.