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El vuelo de Tarzán sigue hallando nuevas lianas cien años después

Patricia Calveiro Iglesias
P. calveiro SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

Johnny Weissmuller y Maureen O?Sullivan encarnaron al Tarzán y la Jane más emblemáticos de la gran pantalla.
Johnny Weissmuller y Maureen O?Sullivan encarnaron al Tarzán y la Jane más emblemáticos de la gran pantalla.

El crítico ferrolano Eduardo Galán publica el primer libro en español que recopila la historia del popular personaje en la gran pantalla y en el papel

03 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Han pasado ya 102 años desde que apareció por primera vez Tarzán, pero el vuelo del rey de los monos sigue encontrando lianas e inspirando nuevas creaciones en el cine, la literatura y hasta en el diseño de juegos para pecés, móviles y videoconsolas. El viaje tiene tal recorrido que da para un libro de 348 páginas, las que ha empleado el crítico ferrolano Eduardo Galán para indagar todas las vidas que ha vivido el popular personaje a lo largo de la historia en filmes, televisión, cómics, teatro, radio y hasta en el imaginario colectivo.

Pese a lo que mucha gente cree, Tarzán no nació en las pantallas. El personaje salió de las novelas de Edgar Rice Burroughs, que, aunque hoy no son conocidas, crearon furor en los años veinte y treinta del siglo pasado, también en España. El primer Tarzán del cine difícilmente podría haber regalado a la historia el famoso grito con el que se identifica al gran mito de la selva, ya que se rodó en 1917 cuando todavía reinaba el cine mudo en blanco y negro -fue interpretado por un fornido actor de Indiana con apellido de presidente antiesclavista, Elmo Lincoln.

Quien realmente lo hizo universal fue el actor Johnny Weissmuller. Hijo de padres austríacos, no pensaba dedicarse a la interpretación y llegó a afirmar que pudo ser Tarzán solo «porque sabía nadar, ya que cuando llegué a los estudios cinematográficos no tenía la menor idea de cómo actuar». Lo suyo era la natación, con la que ganó cinco medallas de oro en los Juegos Olímpicos de París. Un cuerpo esculpido a base de duro trabajo en las piscinas dio el empujón definitivo al personaje. Weissmuller protagonizó una docena de películas luciendo torso entre 1932 y 1948. «Este fue el Tarzán canónico», asegura Galán, que lo homenajea en «una biblia» del tarzanismo -la primera en castellano-, con su antiguo y su nuevo testamento.

El escritor y el negocio

«Rice Burroughs, el escritor, en la medida en que se dio cuenta de que tenía entre las manos un negocio, montó con su familia una especie de emporio con su copyright y, hasta que llegó al dominio público el personaje, hace solo dos años, no podías hacer uso prácticamente de nada, incluido el nombre», explica Galán. Tarzanes oficiales, que pasaran por caja, fueron 26 en cine y televisión, pero después hubo tarzanes animados, tarzanes apócrifos, personajes inspirados en él con pequeñas variaciones para no tener que abonar el royalty,... por lo que se puede establecer una filmografía de unas 65 películas oficiales y, fácilmente, unas 150 no oficiales.

Las lianas del mito traspasaron fronteras. Lo interpretaron turcos, indios, canarios e incluso hubo un soriano. Pasó del blanco y negro al 3D y, cómo no, por los estudios de Disney. De hecho, es el tercer personaje más llevado al cine y la televisión después de Sherlock Holmes y Drácula.

Hoy, lejos de detenerse, el suma y sigue continúa, firme. La prueba es que este mismo año y el próximo se estrenarán en España dos nuevas producciones cinematográficas sobre el personaje, ya indisociable del imaginario colectivo occidental. «¿Quién no tiene un amigo al que le llamen Tarzán estando en la playa o porque es un deportista que no tiene frío en invierno y va sin camiseta?», concluye Galán.