El director mexicano regresa con una película cuatro años después de su último trabajo de la mano de Michael Keaton, Edward Norton y Emma Stone
27 ago 2014 . Actualizado a las 20:41 h.El debut en la comedia dramática del mexicano Alejandro González Iñárritu fue recibido este miércoles con fuertes aplausos en la jornada inaugural de la 71 edición del Festival de Cine de Venecia. El director mexicano se ha hecho esperar, y cuatro años después de su último trabajo, Biutiful, regresa con Birdman, subtitulada «The unexpected virtue of ignorance», que gira alrededor del dilema entre ser artista o ser una celebridad.
Sin perder la intensidad de sus anteriores filmes, como Amores perros o 21 gramos, Iñárritu consigue hacer reír al espectador con una historia en la que el siempre inquietante Michael Keaton se atreve a parodiarse a sí mismo al encarnar a un actor venido a menos que en su momento llegó a lo más alto con un papel de superhéroe. Edward Norton y Andrea Risenbourgh le acompañan en Birdman, haciendo también de actores, en un proyecto ambicioso y delirante: el intento de levantar su propia obra en Broadway. Mientras que su familia -Amy Ryan y Emma Stone- pone el contrapunto sensato y lacónico al marasmo de egocentrismo al que se enfrentan.
«Después de tantos dramas intensos necesitaba un poco de chile picante mexicano», resumió el director, que califica Birdman de «película experimental», por el cambio de género, pero también de forma, ya que está rodada en un puñado de planos secuencia. «Estaba aterrado, pero pensé que si después de tantos años no hacía algo que me aterrara, significaría que estaba muerto», explicó en rueda de prensa.
La elección como protagonista de Michael Keaton, quien fue el primer Batman cinematográfico, no tiene nada de casual. «Pocas personas tienen su autoridad para hablar de superhéroes», apunta Iñárritu. «Pero no sólo por eso. La película precisaba de un actor con una extraordinaria habilidad para navegar de la comedia al drama, un tono difícil de explorar». Para el mexicano, coguionista de la cinta, se trata de un personaje que se enfrenta a su propia mediocridad y a la disparidad entre el mundo real y sus deseos. «Es una especie de don Quijote, tiene el mismo tipo de locura», comentó.
No menos aterrado que el director se confesó el propio Michael Keaton, que se desnuda física y mentalmente en un filme donde la cámara le sigue casi en todo momento, de modo que el espectador se sitúa completamente en su lugar. «Un poquito de miedo siempre es una buena señal», admitió el protagonista de Batman y Batman returns. El actor asumió con deportividad las preguntas sobre el evidente paralelismo entre el personaje de Birdman, un actor veterano que se enfrenta a la búsqueda del verdadero éxito, años después de haber estado en la cresta de la ola, y su propia experiencia personal. «Claro que (Batman) tuvo un efecto en mi, pero nada me obsesiona, al menos no más que a cualquier otro ser humano. Vivo el presente, un momento después de otro, y hago otras cosas aparte del cine», señaló Michael Keaton.
Birdman narra la lucha obsesionada de Riggan Thomson (Keaton) por poner en pie en Broadway una obra basada en el relato de Raymond Carver «De qué hablamos cuando hablamos de amor», y también sus complejas relaciones con los otros actores (Norton y Risenbourgh), y con su familia (Ryan y Stone). «He aprendido más en esta película que en ninguna otra», aseguró Stone, que también promociona estos días su próxima película con Woody Allen. «Quiero hacerlo de nuevo», le lanzó a Iñárritu.
Dos sillas vacías en el jurado
En el día 1, el jurado oficial del Festival de Cine de Venecia ha dejado simbólicamente dos sillas vacías para reclamar la liberación de la directora y actriz iraní Mohnaz Mohammadi y el director ucraniano Oleg Sentsov, ambos encarcelados por defender los derechos humanos. Mohammadi, que lleva años luchando por los derechos de las mujeres en su país, fue a prisión el pasado 7 junio y condenada a cinco años acusada de poner en peligro la seguridad nacional y extender propaganda contra el gobierno iraní. Sentsov fue arrestado el pasado 11 de mayo por los servicios rusos de inteligencia acusado de actos terroristas que él niega y se encuentra actualmente en Moscú a la espera de juicio. Se enfrenta a 20 años de cárcel.
Las sillas permanecerán vacías en todas las reuniones del jurado a lo largo de todo el festival. «Desafortunadamente aún hay regímenes en el mundo que cometen actos terroristas contra los ciudadanos que luchan por los derechos humanos y la libertad», afirmó Alberto Barberá, director de la Mostra de Venecia, en la tradicional rueda de prensa de presentación del jurado.
El músico Alexander Desplat es el presidente este año de la sección oficial y defendió, a preguntas de los periodistas, la elección por primera vez de un compositor de bandas sonoras para asumir el reto de liderar el jurado. «Es una decisión valiente», afirmó, y recordó a grandes músicos italianos como Nino Rota o Ennio Morricone que han trabajado con los mejores directores. Acompañarán a Desplat en las deliberaciones para otorgar el León de Oro la escritora india Jhumpa Lahiri, el actor Tim Roth, el director Elia Suleiman, además de Joan Chen, Philip Gröning, Jessica Hausner, Sandy Powell y Carlo Verdone.
La Biennale de Venecia arrancó este miércoles con la intención de «crear conciencia» y promover diversos aspectos del cine internacional «en todas sus formas», según indican desde la organización del certamen por la que desfilaran los nuevos trabajos de Abel Ferrara, Fatih Akin o Joshua Oppenheimer así como estrellas como Al Pacino, Ethan Hawke o Willem Dafoe. La Mostra de Venecia concluirá el próximo 6 de septiembre y, en el mismo, se podrán ver diversas proyecciones como la película Messi, dirigida por Álex de la Iglesia, que se presentará en la sección Venice Days, o la presentación mundial del cortometraje The Gentleman's wager, protagonizado por el actor británico Jude Law.