A sus 21 años, Jesús Castro se ha convertido, con el estreno más taquillero del año, en «El Niño» del momento. YES, la revista gallega de gente, creatividad y tendencias, no lo ha dejado escapar
06 sep 2014 . Actualizado a las 17:25 h.Iba para ser anónimo, pero un golpe de suerte cambió su vida para siempre. Estaba en el instituto y por perder dos horas de clase decidió acompañar a un colega a un casting para hacer de extra, pero sus ojos lo alzaron al protagonismo. El gaditano Jesús Castro, con solo 21 años, es El Niño que ha revolucionado el cine español. Lo han comparado con Paul Newman y con Steve McQueen, pero él solo quiere ser Jesús. Su personaje es todo lo contrario a él, que se define como un «hombre tranquilo». Pese a hacer el papel de un narco, niega que en la vida real le hayan ofrecido vender costo: ?Se ha publicado, pero es absolutamente falso?. Por lo demás ha hecho de todo, electricista, albañil, camarero... Y es que todos los hombres caben en él. ¡Ay, Jesús! ¡Y Jesús Castro nos ha respondido al teléfono!
-¿Estás preparado para este bum?
- Yo soy bastante tranquilo, la verdad, pero sí es cierto que el corazón va un poco más rápido cada vez.
- Una de las cosas que más gustó de ti fue la naturalidad, tu acento... ¿Tampoco temblaste en el casting?
-Sí, el acento debía de ser así porque el personaje de El Niño es de Algeciras. Y está claro que te pones un poco nervioso en el interior, pero intento siempre parecer tranquilo por fuera. Lo máximo que hago es sudar un poco.
-Te presentaste al casting para perder dos horas de clase. ¿Tienes un lado golferas?
- Sí, el casting eran las dos últimas horas del instituto y yo entre un casting y las dos últimas horas, ¡vamos! Es cierto que tuve mi momento de rebeldía a los 16, les he dado algunos problemas a mis padres...
-¿De qué tipo?
-Siempre relacionado con el colegio, aprobaba los exámenes por lo que explicaba el maestro en clase, pero yo luego no era mucho de estudiar, en mi casa abría un libro 5 minutos.
-¿Tu familia ha sido un apoyo importante?
-Sí, ellos ahora están muy, muy orgullosos de mí y no hay una cosa más bonita que unos padres estén orgullosos de un hijo, eso es lo que más me emociona.
- Y mira tú, ese impulso de no ir a clase ha cambiado tu vida. Un relámpago que supongo te habrá llevado a pensar, dios, si no hubiera ido..
-Sí, total. Es que además yo ese día no iba a ir al colegio, llegó mi padre para desayunar del trabajo y me levantó porque yo me había quedado dormido. O sea que si no llega a ser él. Todo fue una casualidad.
-¿Cómo se afronta el éxito de 0 a 100?
-Pues es lo más heavy. De estar hace dos años en un instituto de Vejer, ahora te piden entrevistas, el estreno, es un cambio fuerte. Yo lo que intento es vivir el día a día y tomarme las cosas conforme vienen , porque si te pones a pensar en el futuro, no comes, no duermes, no bebes, no vives...
-Y con todo este márketing y este bum. ¿De alguna manera te has preparado si la cosa no va bien?
-Sí, totalmente. Si la cosa sale bien, encantado de trabajar en muchos proyectos y si sale mal, pues bueno, tengo 21 años y la vida no se va a acabar aquí.
-No has perdido la cabeza.
-Por supuesto. Si tienes tus prioridades claras y sabes lo que ha pasado en tu familia para darte el cuerpo que tengo ahora, si lo tienes presente, no se te levantan los pies del suelo pero ni un centímetro.
-¡Y qué cuerpo! [Risas] ¿Cuántas te paran por la calle y te llaman 'MI' Niño?
-Ja, ja. La mayoría ya me llaman El Niño, lo de Jesús ha ido a menos, cada vez más me llaman así.
-¡Con esos carteles que te han puesto! ¡Qué pareces de otro planeta! (Bueno, lo eres...)
-Sí, sí, da un poco de miedo la verdad.
-¿Tu personaje es todo lo contrario a ti?
-Sí, al Niño le va mucho la adrenalina, y yo soy mucho más tranquilo, jamás me subiría a una lancha a 135 kilómetros por hora. Pero lo que me gusta de este personaje es que cuando se le mete algo en la cabeza va por ello a muerte. Intenta conseguirlo por todos los medios. Y yo sí soy así, no paro hasta conseguir lo que me propongo. Porque cuando lo trabajas y lo intentas, sale.
-¿Es cosa mía o te muerdes las uñas?
-¿Me estás viendo ahora o qué? ¿Tienes alguna cámara?
-Nooo. Te tengo en una foto enorme aquí delante para no perderme nada. Y me lo parece.
-Pues sí, sí que me las como, ahora un poquito más.
-O sea, que esa tranquilidad que dices es un pelín relativa.
-Sí, claro. La gente me ve por fuera y sí que lo disimulo bien, pero claro, luego soy humano y la tensión va por dentro.
-¿Tienes algún vicio más?
-Pues no, el vicio más grande que tengo es el deporte, cuando paso un tiempo sin practicarlo me pongo terrible. Me encanta el fútbol, pero yo creo que he practicado todos.
-¿Entonces eres de los de gimnasio todos los días?
-Sí, sí. Pero para estar en forma, no para ponerme cuadrado, yo culturista no quiero ser. Pero yo lo hago para sentirme bien, no para ponerme como un armario.
-Tú estabas haciendo un módulo de electricidad. ¿Contigo siempre saltan chispas?
-[Risas] Pues sí, cuando trabajaba en electricidad hice saltar alguna [Risas]. Empecé currando en electricidad y cuando cayó la construcción, intenté complementarlo con electrónica; pasé de los enchufes a los DVD, lavadoras y demás. Y se me daba bien, pero cuando ya me metí más en profundidad con las pruebas de la peli lo dejé.
-Has hecho de todo, electricista, camarero, churrero... ¿Lo de actor es un chollo?
-No creas, antes de saber lo que era esto, desde fuera dices «qué vida llevan», la alfombra roja... Pero se trabaja mucho, mucho, mucho. Te tienes que saber el guion entero, esforzarte.
-Sabes la que tienes liada ahí fuera y has confesado que ligar se te da como hacer churros.
-Bueno, bueno, yo en realidad hacer churros he hecho pocos [risas]. Sí que mi padre en la cafetería los vendía y yo le he ayudado si tenía unas prisas muy grandes, y he puesto cafés, copas y he envasado muchos churros, pero no los he hecho. Sí que he hecho de todo, como te decía, de camarero, electricista, albañil... Pero churros nunca he hecho como se ha publicado.
-Es que si no yo lo que pensaba es: el cine ha ganado un actor, pero tu padre ya no va a vender churros más.
-[Risas] Pero él seguro que prefiere que esté donde estoy ahora que no en la cafetería.
-No nos desviemos: ¿tienes novia?
-Eso prefiero guardármelo para mí.
-O sea que sí. [Risas] ¿Te identificas con la gracia de Cádiz?
-Todo el mundo piensa que por ser gaditano eres supergracioso y yo soy todo lo contrario. Reírme me cuesta bastante. No soy el típico andaluz de hacer bromas.
-¿Ibas al cine antes de ser actor?
-Sí, lo que pasa es que en Vejer no hay cine, tenía que ir a Chiclana, que está como a 35 minutos, gastarme la gasolina...
-¿El niño cuando crezca qué quiere ser?
-Si te refieres a Jesús, yo lo que quiero es seguir haciendo pelis.
-¿A quién le debes esos ojos?
-A mi padre y a toda su familia. Todos, mis tíos, mi abuelo, todos los tienen claros.
-¿El mejor piropo que te han echado?
-No me echan muchos [risas]. Pero quizá «Tienes los ojos del color del Estrecho».
-¿Eres de caña o de vino de Chiclana?
-Pues de ninguno. En algún momento concreto es posible que tome algo de alcohol, pero muy poco. No me gusta. Soy más de Nestea.
-¿En tu móvil que suena?
Depende del momento. Pero me gusta El Barrio e India Martínez, por ejemplo. Si estoy en el gimnasio me va la música mucho más movidita. Que anime.
-¿Rubias o morenas?
-Rubias.
-¿Paul Newman o Steve McQueen?
-Es cierto que me han comparado con ellos, y es un halago. ¡Uf! Pero no quiero parecerme a nadie, ni a Rubén Cortada ni al Duque. Me gusta ser Jesús Castro.
-¿Cuál fue tu último sueldo antes de ser actor?
-Pues me pagó mi padre, lo que pudo, por echarle una mano en su cafetería. Poquito, porque, claro, ¡al ser familiar!
-¿A quién te llevarías a la playa de La Barrosa?
-A mi perro [risas].
-¿Tu equipo de fútbol?
-Soy del Real Madrid hasta la médula. Me encanta el fútbol.
-¿Dejarías de ser actor por...?
-Por nada.