La ópera prima de Esteban Roel y Juan F. Andrés, producida por Álex de la Iglesia acaparó la atención del arranque del Festival de Cine Fantástico de Sitges
05 oct 2014 . Actualizado a las 10:50 h.Como sucedió hace poco en San Sebastián, el cine español focaliza por completo la atención en el arranque de este 47.º Festival de Cine Fantástico de Sitges. Tras la botadura, el viernes, de la cuarta entrega de Rec, que es ya solo la carcasa inerte, la burda franquicia nacida precisamente aquí hace siete años con una película vivísima, el protagonismo ayer lleva la firma de Álex de la Iglesia, que es productor de Musarañas, ópera prima de Esteban Roel y Juan F. Andrés. Es Musarañas algo así como un alambicado remix de Amar en tiempos revueltos y ¿Qué fue de Baby Jane? Macarena Gómez y Nadia de Santiago son las dos hermanas que llevan enfermiza convivencia y luto de posguerra. Y de hecho, durante la primera hora la envoltura es más de folletín que de otra cosa.
Pero en el tramo final Macarena Gómez, de profesión histriónica, comienza a sacar cadáveres del armario, a fabricar otros, a darle a la morfina y a acelerar el grandguiñol donde no faltan maniquíes y perchas de carne humana y un Hugo Silva con la piel cosida a sabanazos. Musarañas mide mal los tiempos y da tarde el chupinazo sangriento. Pero no hay que desmerecerle sus excesos ni afear que el guiso sea algo así como una Repulsion cocinada en la casa de comidas El Asturiano. Raro será que el pastiche de De La Iglesia no pille premio.
Otra carne, alienígena, muestra Scarlett Johansson en Under the Skin, obra de culto de la modernez rampante que firma Jonathan Glazer y que permanecía incomprensiblemente inédita en España. Johansson, alien existencialista, se pasea Escocia en todoterreno, dedicándose a calentar las hormonas de los autoestopistas para luego ahogarlos en vacío, que no en seco. Se entiende que Glazer quiere apuntar aquí ínfulas del Lynch más lunático pero su película se queda en marcianada. Más interés posee Young Ones, western postapocalíptico de Jake Paltrow, protagonizado por Michael Shannon, con el agua, al viejo estilo de los filmes de la pradera como bien más preciado de un futuro con toque indie pero narrativa limpia y firme. Altamente sugestiva es la nueva subversión del icono del hombre del saco que hace la australiana Jennifer Kent en la notable y desasosegante The Babadook. Y delirio fino destila la belga Cub, de Jonas Govaerts, de macabro y feroz sentido del humor y homenaje al ¿Quién puede matar a un niño? de Ibáñez Serrador.