Jennifer Lawrence: «Hay que detener a los tabloides que llaman gorda a la gente»

MARÍA ESTÉVEZ

CULTURA

Murray Close | EFE

La actriz estrena la primera parte de última entrega de «Los Juegos del Hambre» cargando contra la industria del cine: «No se responsabiliza lo suficiente de lo que hace a la sociedad»

21 nov 2014 . Actualizado a las 12:58 h.

A sus 24 años, Jennifer Lawrence es una estrella de Hollywood. Con un Oscar y tres nominaciones (El lado bueno de las cosas, Winter's bone y La gran estafa americana), la actriz regresa este viernes con Los Juegos del Hambre: Sinsajo, la primera parte de la última entrega de una franquicia que cimentó su carrera siendo adolescente.

-Liam Hemsworth dijo que no era agradable besarla en la película, porque comía cebolla y ajo.

-Yo no pensaba en besar a Liam tanto como él pensaba en besarme a mí, por lo que parece. Y antes de rodar comía lo que me daba la gana.

-¿Es una presión añadida ser un ejemplo para muchos jóvenes?

-Tengo un equipo maravilloso que constantemente me dice no. Son gente real, publicistas que me acompañan desde los 16 años y cuidan de mí. Me han demostrado que les importo, que me quieren, y aunque trabajan para mí, son mis amigos. Con la fama sucede algo extraño que tú no esperas, y es la forma en que otros empiezan a mirarte. Yo no me siento distinta, pero cuando salgo veo en los ojos de los demás la forma en que me ven y me aíslan. Trato de rodearme de gente que no me mira así. No me gustan las risas falsas cuando digo un chiste.

-Usted insiste mucho en que los personajes femeninos deben parecer reales. ¿Ha convertido en una responsabilidad no estar excesivamente delgada?

-Lo es. En la primera película obviamente todos perdimos kilos porque eran Los Juegos del Hambre. Pero tenemos control sobre los modelos que mostramos y yo quiero que mi papel sea real, prefiero que sea una mujer fuerte y saludable que una enclenque enfermiza. La industria no se responsabiliza lo suficiente de lo que hace a la sociedad, espera de los actores una imagen que no es de gente normal. No quiero ser parte de eso. Recuerdo cómo me sentía a los 14 años viendo a las modelos de Victoria Secret y sabiendo que nunca sería como ellas, y no quiero que nadie se sienta así por mí.

-¿Cómo quiere que se sientan?

-Bien, que se sientan bien con sus cuerpos sabiendo que todo el mundo es diferente. Que coman bien y hagan ejercicio si quieren, pero que no traten de convertir su cuerpo en algo que no es. Lo más importante es cambiar la forma en la que hablamos unos con otros. Hay que detener a los tabloides y a los programas de televisión que llaman gorda a la gente y juzgan por la imagen. Somos crueles, nos divierte el ataque. Eso es muy peligroso porque nos estamos acostumbrando a ser así, a hablarnos unos a otros de ese modo. Lo que más me molesta es cuando alguien desde una revista o un programa de televisión llama gorda a alguien y luego dice «¡Bienvenido al mundo real!». ¿Qué hubiera ocurrido si en los 50 la gente de color no se hubiera negado a tener baños separados? ¿Seguirían teniéndolos ahora? «¡Bienvenido al mundo real!». Nada cambia la mentalidad colectiva hasta que alguien se queja o dice algo, y yo quiero decirlo y rebelarme contra esa actitud peligrosa. No nos damos cuenta de la cantidad de adolescentes que mueren de anorexia o bulimia. Es una negligencia. Me irrita porque todos somos responsables.

-¿Es de esas jóvenes que luchan por sus ideales?

-No. Ya me gustaría poder decir que sí, pero no estoy haciendo nada para que el mundo sea más pacífico.