La notable caída de la asignación del Estado -de un 60% en el último lustro- afea la gestión de Blecua, que anunciará por fin si lo deja o entra en la disputa
11 dic 2014 . Actualizado a las 09:10 h.Quizá el escenario no podría ser aparentemente menos político: académicos, filólogos, escritores... poniendo toda su sabiduría en mimar la lengua de 500 millones de hablantes. Los estatutos y la costumbre en la RAE (Real Academia Española) dictan que para su gobierno no deben postularse candidaturas: cualquiera de sus miembros -las vacantes han dejado el número en 41 de los 46 con que cuenta oficialmente la corporación- puede ser aspirante al cargo -director, tesorero, bibliotecario y vocal segundo-. Esta tarde el pleno renovará la dirección de la RAE. El vencedor solo necesita el voto de la mayoría de los académicos.
El propio director saliente, José Manuel Blecua, ni siquiera ha confirmado si lo deja o si su intención es continuar y participar en la disputa con los potenciales contrincantes. En tal ambiente de fair play, el prestigioso filólogo aragonés hasta se ha ausentado en los últimos días por su viaje a Guatemala para presentar el nuevo Diccionario de la RAE, una actitud que ha sido interpretada por algunos casi como dejación o un anuncio tácito de que no entrará en guerras.
El momento parece exigir un hombre de carácter más enérgico que haga girar la gestión, duramente cuestionada por el lado económico. A Blecua le ha tocado sufrir la crisis -el impacto negativo en la venta de publicaciones ronda el 30%- y los recortes del Gobierno, cuya aportación presupuestaria ha mermado un 60% en el último lustro. Esto ha motivado el descontento de un grupo de académicos.
Emerge cada vez con más fuerza como posible relevo, en tal ambiente, la figura del secretario de la Academia, el gallego Darío Villanueva, en el puesto desde el 2009 y que fue durante ocho años rector de la Universidade de Santiago. Es decir, con un perfil mucho más político. Él, en público, estos últimos días, se ha dejado querer, aunque haciendo gala de su fina retranca, y se ha mostrado preparado para trabajar en lo que la RAE le demande e incluso pelear en un proceso «muy civilizado» y sin campañas electorales. Un proceso que para él no es nuevo, y que ya perdió precisamente ante Blecua hace cuatro años.
Villanueva es, según algunos, la persona adecuada para dar un impulso político a la institución y negociar una nueva financiación que impida que la RAE se vea obligada a prostituirse con operaciones comerciales, temor expresado recientemente por el escritor Arturo Pérez-Reverte, uno de los que ha reclamado públicamente la urgente necesidad de que el Gobierno de Rajoy tome cartas en el asunto, como ya había hecho también Javier Marías.