Se puede hablar de cómic como arte superior, de novela gráfica como obra de máxima elaboración y narratividad, y en el caso del neoyorquino Jules Feiffer (1929) todo esto está justificado
29 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Se puede hablar de cómic como arte superior, se puede hablar de novela gráfica como obra de máxima elaboración y narratividad, y en el caso del veterano dibujante neoyorquino Jules Feiffer (1929) todo esto está justificado. No en vano le otorgaron el Pulitzer en 1986 por la tira que elabora para la publicación The Village Voice. Da una idea de su talento que haya trabajado como guionista para cineastas con marchamo de autor como Robert Altman o Alan Resnais. Pero es la condición de sus comienzos como ayudante de Will Eisner -al que reverencia- la que aflora en uno de sus últimos trabajos: la potente novela gráfica Kill My Mother (2014), que llega ahora al español de la mano del sello Roca. Feiffer se permite -«ahora que soy octogenario»- la libertad máxima para volver a los temas que adoró siendo un chico y entrega un producto hard boiled de alto voltaje y gran creatividad. Con aires claramente cinematográficos -¡ah, el viejo Hollywood!-, Matar a mi madre juega con los elementos del género negro para servir un relato de creciente tensión y evidente carga melodramática sin abandonar el tono pulp, al que el historietista de algún modo homenajea. Sin embargo, Feiffer no respeta los cánones y eso puede despistar, pero el esfuerzo (una aventura) merece la pena. Fantástico estreno de Sapristi, nueva colección de cómic de Roca.