La sustitución de las lámparas finalizará en el año 2017 cuando llegue a la sala donde están «Las Meninas» de Velázquez
13 may 2015 . Actualizado a las 20:17 h.La luz de Goya queda «verdaderamente manifiesta» con la nueva iluminación con tecnología LED que se está instalando en el Museo del Prado y que permite redescubrir las obras maestras tal y como sus autores quisieron que se vieran. El proyecto integral «Iluminando el Prado/Lighting the Prado» patrocinado por la Fundación Iberdrola contempla la incorporación de luminarias LED en todo el museo en sustitución de las lámparas halógenas que hasta ahora alumbraban sus obras.
Con un presupuesto que se sitúa entre los 800.000 y el millón de euros, el proyecto consta de 14 fases de las que se han realizado las dos primeras, que incluyen la iluminación de salas que albergan las colecciones del siglo XIX y los últimos años de Goya.
La iluminación de Las Meninas, prevista para finales de 2017, pondrá el broche de oro a una iniciativa que permitirá al museo alcanzar mayores niveles de eficiencia energética, mejorar la conservación material de las obras expuestas y favorecer su apreciación en unas condiciones más próximas a la luz natural.
Por encima del ahorro de energía, que se sitúa en un 75 % anual, Miguel Falomir, que el 1 de junio sustituirá a Gabriele Finaldi como director adjunto de Conservación e Investigación del Prado, ha destacado la importancia de la nueva iluminación no solo en la recuperación del color sino en la mayor nitidez con la que se observan las obras. «Con la iluminación halógena, los segundos planos pierden nitidez; ahora se gana mucho en la apreciación de las obras. Además, la luz halógena había que ponerla con poca intensidad para que no dañara las pinturas, lo que hacía que resultara una luz amarillenta. Con la nueva iluminación los colores son más potentes, más nítidos y más diáfanos», según Falomir.
El Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga de Antonio Gisbert, ha servido como ejemplo para que los asistentes a la presentación apreciaran las importantes diferencias y el enriquecimiento de la pintura con la iluminación LED.
Para que los visitantes del Prado puedan también comprobar estas diferencias, durante un tiempo convivirán en esta pintura la nueva iluminación LED con la anterior halógena. Manuela Mena, jefe de Conservación del siglo XVIII y Goya, ha mostrado su satisfacción con la nueva iluminación frente a las pinturas El 2 de mayo de 1808 en Madrid, o La lucha con los mamelucos y El 3 de mayo en Madrid, o Los fusilamientos. «Permite descubrir la propia luz de Goya y cómo la utilizó para pintar, así como ver exactamente todos los cambios de claroscuros y las tonalidades que eligió. Todo se ve con mucha más claridad», ha afirmado.
Para la conservadora, en el 2 de mayo, «el fondo de la pintura siempre ha sido como un telón, sin importancia. Ahora se ve con claridad un incendio y se aprecian todas las tonalidades que le puso Goya. Es algo extraordinario». En Los fusilamientos es «interesantísimo» cómo funciona el foco de luz que pintó Goya, «y que ahora permite ver detalles múltiples y variados».
Especialmente enriquecedora es la nueva iluminación en Las pinturas negras de Goya, «que hace que se vea que no todo es negro. Existe un colorido muy variado, con tonalidades claras que salen en toda su riqueza», ha comentado Manuela Mena, para quien es muy importante también como la luz LED afecta a las miradas de los protagonistas de estas pinturas y las muestra «tal y como quería Goya».
En términos similares se ha expresado Javier Barón, jefe del área de Conservación de Pintura del Siglo XIX, para quien el efecto que produce la nueva iluminación es similar «al de los restauradores cuando quitan los barnices a una pintura; los colores y los tonos afloran con mayor riqueza y permite redescubrir la riqueza de fondos y perspectivas».
Marina Chinchilla, directora adjunta de Administración del Prado, y Carmen Recio, responsable del proyecto por parte de la Fundación Iberdrola, explicaron el proyecto que permite mejorar la conservación de las obras al producirse una reducción del 20,4 % en el factor de daño.
Además, desde el punto de vista medioambiental, una vez finalizado evitará la emisión a la atmósfera de 320 toneladas de CO2 cada año. Asimismo, reducirá los gastos de mantenimiento ya que estos dispositivos tienen una vida útil de 50.000 horas frente a las 1.000 horas de las lámparas halógenas. Por otra parte, el Prado es el primer museo español inscrito en el Sistema de Registro de Huella de Carbono cuya Certificación entregará hoy la ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, al presidente del Patronato del Prado, José Pedro Pérez Llorca, y a su director, Miguel Zugaza.