El sevillano ha aprovechado su actuación de mañana en el festival V de Valarés para tomarse unos días de asueto en tierras gallegas
13 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.De los rigores del estío andaluz lleva ya una semana liberado Kiko Veneno. El sevillano ha aprovechado su actuación de mañana en el festival V de Valarés para tomarse unos días de asueto en tierras gallegas. El martes disfrutó de los cañones del Sil; ayer, de las exquisiteces gastronómicas del mar en Ponteceso.
-¿Qué le da Galicia?
-Felicidad. Un montón. Sobre todo en verano. Allá, en Andalucía, hay unos calores espantosos. Aquí se está en la gloria. Y además ya se sabe que a mí siempre me ha gustado Galicia. La gente es muy acogedora, da mucho a los visitantes. Y, por supuesto, el paisaje, que es alucinante. Los únicos seres extraños son los eucaliptos, que no pueden evitar esa pinta que tienen de estar pensado qué hacemos aquí, quiénes somos, quién nos ha traído. El resto es maravilloso.
-¿Y la música gallega?
-A mí me gustan todas las músicas de raíz. De Galicia, la gaita. Suena ancestral.
-¿Qué significa hoy la música para usted?
-Para mí, todo, pero siento que la música ha perdido su ubicación en el mundo. En los años 60 y 70 era un fenómeno vinculado a la cultura y hoy se ha visto despojada de todo ese ropaje. Yo entiendo que todas las músicas tienen que tener su sitio y su momento, pero no se puede pasar de Miles Davis o John Lennon al reguetón. Aunque yo le intento ver las partes positivas a todo.
-Y en este caso, ¿cuáles son?
-La aparente democratización de la música y la aparición de tecnologías que nos permiten hacer muchas más cosas. No siempre necesariamente buenas.
-¿Qué le interesa de la música actual?
-Hay muchos aspectos que me interesan. Me encanta Calle 13. Lo que no me gusta es toda esa música prefabricada para adolescentes. La música popular unifica familias, tribus y generaciones. Desde Mozart hasta el flamenco o The Beatles la música se hace para que la escuchen los jóvenes, los mayores y los viejos. Hoy, esa música popular está desprovista de alma y desconectada de las necesidades culturales de la gente.
-¿Y cómo se reubica Kiko Veneno dentro de ese contexto?
-Mal, muy mal. A mí lo único que me interesa es crear. Y poder traducir mis inquietudes musicales a sonidos. Pero eso conlleva muchas necesidades y recursos de los que no siempre dispongo. Menos mal que nosotros, los andaluces, con la guitarra y la voz nos apañamos. Y por ahí me voy escapando. Pero en mi faceta de inventor y de creador siempre me quedo insatisfecho.
-¿Y los festivales?
-Este de Ponteceso es fantástico. Tocamos con el mar a la espalda y un bosque de pinos enfrente.