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Mamie Gummer: «Con una madre actriz, lo raro es que hubiera sido economista»

Marta Rodríguez LA VOZ

CULTURA

EDUARDO MUNOZ / REUTERS

Mamie Gummer coprotagoniza «Ricki», la nueva película de los oscarizados Jonathan Demme (director) y Diablo Cody (guionista) que cuenta con Kevin Kline y la grandiosa Meryl Streep como estrella protagonista. Un filme cargado de actuaciones musicales y mucho rock & roll que destacan la singularidad de la actriz

23 ago 2015 . Actualizado a las 15:09 h.

Mamie Gummer es hija de la legendaria actriz Meryl Streep y el escultor Don Gummer. Creció con sus hermanos alternando tiempo entre California y Connecticut, y ahora coprotagoniza junto a su madre una de las películas más esperadas del año. Mamie reconoce que tiene miedo escénico a cantar, pero Meryl ya es toda una asidua a este tipo de películas -solo hay que ver lo bien que se desenvolvió en Mamma mía! e Into the woods-. El papel de Julie en este filme ya está siendo uno de los más comentados en su recorrido actoral. 

-¿Qué le llamó la atención de su papel en «Ricki»? Siempre resulta interesante interpretar a un personaje con heridas emocionales?

-Que te den la oportunidad de ser poco atractiva es uno de los mejores regalos que te pueden hacer. Es genial que lo importante de cada fotograma no sea si tengo o no un mechón de pelo fuera de lugar o suficiente brillo en los labios. Realmente es liberador poder ser veraz y sincera. Además, es fabuloso trabajar vestida de esa guisa. En el proyecto que acabo de terminar hacía el papel de una miembro del Cuerpo de Mujeres del Ejército en 1942 y vestía un uniforme del ejército muy ceñido, con copas en forma de cono, almidonado? un contraste absoluto con lo que llevaba en Ricki. Eché en falta esos pijamas [risas].

-Conoce a Kevin Kline desde hace años. Habrá disfrutado trabajando a su lado en «Ricki», al igual que con su madre, por supuesto.

-Claro que sí. El proyecto en sí era estupendo y habría sido de tontos dejar pasar esta oportunidad. Kevin es muy alegre y rebosa de entusiasmo, amor y cariño por el trabajo y la historia. Y como bien ha mencionado, nos conocemos desde hace años. Lo he conocido más o menos toda mi vida, así que le resultó fácil protegerme y a mí sentirme muy segura con él. El reto era intentar distanciarme de mi madre con respecto a los papeles que interpretamos. Mi madre es la persona del planeta a la que estoy más intrínsecamente unida, así que era un poco raro, pero nada que no supiésemos manejar.

-Entiendo que su director, Jonathan Demme, le pidió a usted y a su madre que no hablasen entre tomas. Imagino que fue para mantener la tensión entre ambos personajes?

-Obedece a una elección deliberada pero no me percaté de ello en ese momento. Jonathan se lo había dejado claro a mi madre pero a mí no me explicó que esa era su intención -separarnos físicamente la una de la otra tanto como fuera posible-. Nuestras caravanas y sillas siempre estaban ubicadas en los extremos opuestos de los sets, pero Jonathan no me dijo nada al respecto y yo me preguntaba, ?¿Por qué están todos pasando el rato sin mí?? Pero se debió a una decisión deliberada y así se sentía el personaje de Julie. Sentía que le había faltado el cariño y la atención de su madre, y creo que Jonathan quería alimentar esa tensión. Julie se siente abandonada por su madre y no es feliz. Percibo que por eso se siente muy traicionada. No significa que no puedan arreglar las cosas entre ellas y, cuando Ricki vuelve y se esfuerza aguerridamente para acercarse a su hija, parte de la rabia que Julie remite, se tranquiliza. Eso la libera en cierta medida. 

-Fuera del plató, ¿Hablaba con su madre del trabajo y de los personajes?

-Íbamos al plató cada una por su lado pero en muchas ocasiones volvíamos a casa juntas. Era normal hablar sobre lo sucedido en el día, pero no comentábamos lo que vendría después. No acordamos ningún plan sobre cómo íbamos a abordar las escenas siguientes. 

Stephen Lovekin

-Esta película también reúne a su madre con Kevin. ¿Ha visto algunas de las representaciones teatrales de los dos?

-Cuando hicieron juntos La Gaviota la vi unas cuatro o cinco veces. Se cuidan mucho el uno al otro y su confianza mutua es admirable. Trabajan con brío y verlos actuar juntos es como compartir entre todos una copa de champán. 

-¿Y qué tal le pareció la dirección de Jonathan? Se le da muy bien incorporar la música en sus películas?

-Sí, se trata de una combinación perfecta. Es un apasionado de la música y en esta ocasión viene acompañado de una alegre banda de juerguistas. En cierta forma es como un juglar. Le encanta esa fraternidad que se respira y recibe con los brazos abiertos a todo el mundo, crea un entorno muy estimulante y aporta una energía real al plató. 

-En las últimas secuencias de la cinta, su personaje canta con la banda, ¿vio a su madre y a la banda «Flash» en acción con anterioridad?

-No, esa era la primera vez que los vi tocar. Sabía que mi madre había estado ensayando a destajo, pero verla realmente dar vida a esta roquera y convertirse en el personaje fue estupendo; los integrantes de la banda son sumamente agradables. Sé que mi madre se encariñó con cada uno y forjó una conexión real con todos ellos. Son músicos extraordinarios y nos sorprendieron con un concierto privado en el pabellón que estábamos utilizando como plató para la boda en Yonkers.

-A su hermano le gusta la música y a su madre también, ¿Comparte usted ese gen musical?

-Canto bastante bien, creo, pero nadie lo sabría porque tengo miedo escénico de cantar frente a otras personas.

-¿Alguna vez consideró otra carrera, Mamie, o siempre supo que la interpretación era lo suyo?

-Creo que la interpretación era lo único que siempre quise hacer.  He convivido con ello desde la infancia, apenas tenía otra cosas alrededor. Vi que era lo que hacía muy feliz a mi madre y la llenaba de una alegría intensa y perdurable. Y con mi padre igual. Ambos hacían lo que querían y me permitieron hacer lo que yo amaba y dedicarme a lo que me hiciera feliz. Habría sido raro que me hubiese apasionado alguna otra cosa, como por ejemplo, la economía.